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El vidrio.

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Foto Bárbara

Recuerdo una foto de un vaso de cerveza donde se reflejaba el Palazzo Vecchio de Florencia. El cristal y la luz, el continente y el contenido y me pregunto, mejor lleno o mejor vacío, en cualquier caso el cristal o el vidrio dan mucho juego.

El volcán

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Magníficas, espectaculares, bellísimas, no tengo palabras para definir estas imágenes que circulan por la red. Tanta belleza, sin embargo, va unida al dolor, a la angustia, al desarraigo con que todos los isleños viven el día a día. El futuro se les presenta incierto a tantas familias que van viendo como la tierra, su tierra, les deja con lo puesto. Llegan los ferris desde las otras islas y los aviones llenos de gentes que no quieren perderse ese espectáculo de la tierra que se agita, que ruge desde que el volcán comenzó a expulsar lava. Algunos palmeros se ven en la tesitura de emigrar. La isla bonita nos demuestra que la fuerza de la naturaleza es tan imponente que es imposible luchar contra ella. ¡Ánimo a todos los isleños! Y que lleguen pronto las ayudas que tanto necesitan. En mi corazón esa canción que dice: «Palmero sube a la Palma y dile a la palmerita que se asome a la ventana que su amor la solicita…» y de fondo el timple y una isa y una folía.

La Palma en el corazón

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Dieciséis días ya desde que el nuevo volcán de La Palma nos encogió el corazón. La tierra tiembla, ruge con un estruendo terrible y lanza el magma acumulado en su interior. Las imágenes que la televisión canaria nos trasmite al segundo son de una belleza innegable, pero nos han mostrado a la vez el poder de destrucción, la devastación total de que es capaz sepultando fincas, casas, huertos y llevándose por delante el medio de vida de los palmeros. El sentimiento de los isleños, su desconsuelo, nos conmueve; perder el esfuerzo de toda una vida, los recuerdos familiares, supone un desarraigo sentimental, un vacío difícil de llenar. Y la frase que más se repite: «no nos olviden», debemos tenerla muy presente. No vamos a olvidad a la «Isla Bonita», como es difícil olvidar el parque natural de Timanfaya en Lanzarote, otra isla que enamora, que a mí personalmente me fascinó. Ver el ingenio de los agricultores de Lanzarote para el cultivo de la vid es sorprendente; protegen la vid mediante unos muretes de piedra semicirculares. La vid se planta en agujeros cónicos sobre el lapilli o picón, como ellos lo denominan, de modo que puedan acceder al suelo vegetal, el picón retiene la humedad de la noche y la filtra hacia el terreno que hay debajo al tiempo que evita la evaporación durante el día. Esta solución para los viñedos es además de inteligente una bella configuración de un paisaje de singular encanto. Los isleños están acostumbrados a sacar el máximo rendimiento de lo que tienen. ¡Ayudemos a La Palma! Hoy todos somos palmeros.

Llegó el verano

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara

 

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara

 

¡Llegó el verano! Inauguremos los cálidos días y las tórridas noches, -miedo me da-, aunque suspire por los baños en el mar y por la caza y captura de lapas y erizos entre las rocas…

Espuma del mar: cenizas de Rabindranaz Tagore

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara

Lo dijo Juan Ramón Jiménez en este poema en prosa:

CENIZA DE RABINDRANAZ  TAGOR

Estando yo un día en la playa que yo sé, cogí con mi mano la espuma de una ola que me gustó, una como fresca ceniza de nácar, que se quedó en mi palma.

Sin saber por qué, una idea se me hizo en un instante palabra, palabra segura, natural; y yo dije en alto: «Es ceniza de Tagor».

(…)

En el mar del mundo están esas cenizas de Tagor. ¿Por qué no hubieron de venir hasta mi mano, que ayudó a dar forma nuestra española al ritmo de su inmenso corazón?

Rebindranaz Tagore: «Obra escojida». Aguilar, Madrid, 1965. Traducción de Zenobia Camprubí, con un colofón lírico de Juan Ramón Jiménez.

 Nota: En todo momento he respetado la particular ortografía de Juan Ramón Jiménez.

Este libro, es «mi libro», el que desde los quince años estuvo en mi mesilla durante años y él ha sido consejero, maestro y guía, fuente de sabiduría y belleza; sé que es uno de los referentes filosófico y moral que hace que el mundo sea mejor. De modo que, gracias al poeta, cuando contemplo la espuma del mar diversa, cambiante, siempre diferente creo, también, que es parte de sus cenizas vertidas al Ganges y desde su desembocadura al mar del mundo, a todos los océanos; saber que él nos alienta rizando la espuma es más que una idea: es un sentimiento que me hace ir detrás de las olas.

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara

La Naveta de Els Tudons

La Naveta des Tudons. Foto: Bárbara.
La Naveta de Els Tudons. Ciudadela (Menorca). Foto: Bárbara.

 

La cultura talayótica tiene en la isla de Menorca su singularidad que la caracteriza frente a las otras islas del archipiélago balear; no obstante, la afinidad entre la isla de Mallorca y la de Menorca es indudable. Pero no se dan en Mallorca las enigmáticas taulas (ni en ningún otro lugar del mundo) ni las navetas ni las vastas necrópolis en barrancos próximos al mar ni las salas hipóstilas o salas cubiertas con un  típico adintelado. Los monumentos ciclópeos se dan en las dos islas, pero las llamadas navetas, que se dan en abundancia en Mallorca, son realmente habitaciones navetiformes; las verdaderas navetas se encuentran únicamente en Menorca y cumplen una función funeraria.

La Naveta de Els Tudons tiene forma de nave invertida y es la reprodución en piedra de una cueva sepulcral, por un lado, y por otro refleja la forma de una galería dolménica encerrada dentro de un túmulo. En la gran cámara se encontraron centenares de restos humanos sobre un lecho de guijarros, brazaletes de bronce, botones de hueso con perforaciones en V…; cronológicamente se sitúan las primeras sobre el 1400 a. de C. En Menorca hay 45 navetas, siendo esta de Els Tudons, cerca de Ciudadela, una de las diez consideradas «notables». El nombre de «naveta» se debe a Ramis al describir, en 1818, esta que interpretó como templo de Isis y que sigue siendo el ejemplar más perfecto y el mejor conservado de toda la arquitectura balear en la Edad de Bronce.

La Taula

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Se yergue altiva desde aproximadamente el 1700  a. C., podría estar firmada hoy por cualquier escultor actual, pero no, es una de las taulas que pertenece a la cultura talayótica que se desarrolla en las Islas Baleares, caracterizada por sus asentamientos en poblados fortificados con torres de defensa o talayóts. Las taulas no tienen un carácter funerario, pero parece ser que si religioso o ritual. Las taulas son una especie de mesas de piedra compuestas por una gran losa horizontal que se apoya en un pilar de mucha altura, la mayor es la de Trepucó (Menorca) de cuatro metros; la horizontal tienen una ranura que se encaja en la vertical y a veces, para lograr el equilibrio, se colocaba un refuerzo por un lado.

Al recinto  megalítico de Trepucó, a pocos kilómetros de Maó, el instituto nos llevaba de excursión y recuerdo la magia del lugar, los juegos atolondrados de los pocos años, el sol y los pepinillos del diablo que reventaban de pronto esparciendo las semillas a diestro y siniestro… Y ahí sigue la taula, altiva y altanera, con sus cuatro metros de altura, lavada por la lluvia y cuando, con suerte, después sale el arcoiris, el espectáculo es realmente asombroso… mágico, difícil de olvidar.

La Taula. Foto : Bárbara.

Piedras, cantos de río

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara

El yoga, la filosofía oriental, los jardines japoneses de piedras, la acupuntura, el ikebana, los masajes… Un arte, una estética, una filosofía, una medicina. unas formas diferentes de sentir e interpretar la vida que cada día están más presentes en nuestro mundo globalizado. Yo me quedo con todo… y sobre todo con las piedras de esos jardines.

En el río Henares

El río Henares. Foto: Bárbara

El río Henares. Foto: Bárbara

El río Henares a su paso por Alcalá dota a la ciudad de unos rincones de ocio y esparcimiento únicos; el senderismo, la pesca, el estudio ornitológico, la bicicleta o la simple contemplación del paisaje, del río, donde patos y ocas evolucionan en el agua haciendo las delicias de familias enteras es una ruta muy recomendable, sin contar con el tradicional ambiente universitario con solera y la «ruta gastronómica» que hacen de Alcalá de Henares un lugar que no hay que perderse. ¡Muchas felicidades a la mejor guía!