Lo dijo Juan Ramón Jiménez en este poema en prosa:
CENIZA DE RABINDRANAZ TAGOR
Estando yo un día en la playa que yo sé, cogí con mi mano la espuma de una ola que me gustó, una como fresca ceniza de nácar, que se quedó en mi palma.
Sin saber por qué, una idea se me hizo en un instante palabra, palabra segura, natural; y yo dije en alto: «Es ceniza de Tagor».
(…)
En el mar del mundo están esas cenizas de Tagor. ¿Por qué no hubieron de venir hasta mi mano, que ayudó a dar forma nuestra española al ritmo de su inmenso corazón?
Rebindranaz Tagore: «Obra escojida». Aguilar, Madrid, 1965. Traducción de Zenobia Camprubí, con un colofón lírico de Juan Ramón Jiménez.
Nota: En todo momento he respetado la particular ortografía de Juan Ramón Jiménez.
Este libro, es «mi libro», el que desde los quince años estuvo en mi mesilla durante años y él ha sido consejero, maestro y guía, fuente de sabiduría y belleza; sé que es uno de los referentes filosófico y moral que hace que el mundo sea mejor. De modo que, gracias al poeta, cuando contemplo la espuma del mar diversa, cambiante, siempre diferente creo, también, que es parte de sus cenizas vertidas al Ganges y desde su desembocadura al mar del mundo, a todos los océanos; saber que él nos alienta rizando la espuma es más que una idea: es un sentimiento que me hace ir detrás de las olas.
Tus fotos… y a través, o por ellas, Rabindranath y Juan Ramón. En el agua se hunden las raíces de la vida y en ellos las de mi poesía…
Apago las palabras, duermo los ojos y, dándote las gracias, recuerdo mis inicios.
Un beso de haiku o de «Pájaros perdidos».
Y el mar, la poesía y las olas cuando dice: «Yo seré la ola y tú serás la playa desconocida. Me echaré a rodar, y romperé riéndome en tu pecho. ¡Y nadie sabrá en el mundo dónde estaremos tú y yo!». ¡Grande!
Gracias… otro cortito con la esencia toda del haiku!
La ola y la playa o la playa y la ola: la mar completa: toda una vida.
Y la cala donde recalan los días…
No sé si he disfrutado más tus estupendas fotos y tus comentarios, Bárbara o el diálogo entre tú y Aurelio. Muchísimas gracias a los dos con un abrazo de fin de semana
Esto pasa por llevar toda la vida dialogando… al final te sale bien!
Muchísimas gracias, querido Joaquín y feliz fin de semana.
A los dos, a Tagore y a Juan Ramón Jiménez, tuve la suerte de conocerlos tempranamente. Confieso que el segundo, de Moguer, a mí, de un pueblo sevillano, me cae más cercano en todos los sentidos.
Magnífico el elogio de tu libro de cabecera, tan hermoso y tan verdadero. La próxima vez que visite las playas de Huelva, tal vez las de Mazagón, localidad dependiente de Moguer, recordaré lo que aquí se dice cuando mire o trate de coger la espuma de las olas con mi mano. Un abrazo.
¡Qué afortunado eres! Y qué afortunada de contar con tus preciosos y preciados comentarios que no sabes cuánto te agradezco; tu voz de gran escritor me llega con la calidez de quien posee el don de dar vida y me llega con la sensación de haberla oído desde siempre…
Es muy bello lo que dices, que ese recuerdo te acompañe!
Un gran abrazo, estimado amigo.
Comparto contigo, Barbara, ese libro de cabecera. Y a él acudo más de una vez buscando una serenidad que me resulta necesaria.
Y las olas, la playa, las mareas, como la vida, nos mueven y acunan nuestras esperanzas y sueños.
Preciosa entrada, querida!
Besetes desde aquí, desde el mar.
¡Precioso comentario el tuyo, querida María!
Me he acordado de ti en la playa, sabía que estabas al borde del mar, inagotable fuente de inspiración y de vida; que el mar siga acuñando tus sueños…
Qué buen compañero, Tagore!
Besos mil !!!
Entre el vaivén de las olas, mi pensamiento le habla a la espuma que acaricia mis pies… Cuéntame ola, cuéntame lo que has visto, qué poemas nuevos encontraste… y muchas veces me habla de Tagore.
Precioso texto y preciosas fotos, querida amiga.
Precioso ese dialogo!
Muchas gracias querida Chelo por tu sensibilidad.
Un abrazo grande rodeado de espuma de mar.