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Bistecca alla Fiorentina

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Fotos Bárbara.

Viendo estas fotos me dan unas ganas tremendas de volver a Florencia y estoy que cojo el avión ya. Conste que respeto a los veganos, pero la carne en la Toscana es un pecado capital al que no renuncio en Italia. La bistecca a la fiorentina es un bistec de buey de 12 a 24 meses de edad de raza generalmente chianina o maremmana con un grosor mínimo de cuatro centímetros y un peso mínimo de 800 gr. Es típico de la cocina italiana y muy tradicional en la región de la Toscana. La familia de los Medici tenía la costumbre de celebrar todos los 10 de agosto la fiesta de S. Lorenzo, sirviendo gran cantidad de vacuno a la población. Se hace a la parrilla con brasa de carbón, queda poco hecha por dentro y dorada por fuera. Se agrega en la mesa, sal y pimienta. ¡Está para chuparse los dedos! El Restaurante es «Alla Gliglia», en la calle dei Bianchi. Acabo de darme cuenta de que ya había puesto estas fotos de Florencia, mil disculpas.

El lema de Cosimo I de Medici y las tortugas

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Fotografías de la representación de la tortuga y la vela sacadas del interior del Palacio Viejo de Florencia, sobre distintos soportes.

Cosimo I de Medicis adoptó como lema la frase de Augusto «Festina lente», cuya traducción sería el oxímoron «apresúrate despacio». En la actualidad vendría a ser «qui va piano, va lontano» o en castellano el equivalente a «vísteme despacio que tengo prisa». El emperador Augusto se refería a la falta de reflexión de uno de sus comandantes y, según Suetonio, el historiador, era una de sus frases favoritas. Esta representación de la tortuga y la vela hinchada por el viento sería la plasmación de la frase en latín «festina lente». El reto consiste en encontrar dentro del Palacio las alrededor de cien representaciones de este singular «logo».

Las tortugas del obelisco. Plaza de Santa María Novella. Florencia

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Fotos Bárbara.

En las plaza hay dos obeliscos. Los obeliscos están fabricados en mármol sostenidos por cuatro tortugas en bronce y dichos obeliscos servían como línea de meta para las carreras de carros que se celebraban el 24 de junio; eran carreras de caballos de enganche, Palio dei Cocchi; uno de ellos situado justo enfrente de la iglesia y el otro al otro extremo de la Plaza. Los obeliscos, se erigieron en el siglo XVI y son de Juan de Bolonia. La plaza eran el centro de la vida social de Florencia. En el Museo Arqueológico de la ciudad hay tortugas en piedra, sospecho que las distintas representaciones de estos animales eran apreciadas por las distintas culturas que habitaron Italia. Recomiendo la visita a dicho museo, pequeño y muy didáctico que se ve muy bien, en un ambiente tranquilo que se agradece.

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Fotos Bárbara. Museo Arqueológico de Florencia.

Cosimo I Medici amaba la Roma clásica y las carreras de carros romanos por ello mando erigir en la Plaza dos obeliscos, uno de ellos mostraba la salida y el otro la meta, de ahí la forma de la plaza. Igual sucede con la plaza Navona de Roma casi rectangular donde se celebraban carreras y por ello no se ha querido cambiar su forma como recuerdo de las que allí se celebraron. Cada uno de los obeliscos realizados en mármol están sostenidos por cuatro tortugas en bronce.

Palazzo Vecchio. Primer patio. (Florencia)

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Interior del Palazzo Vecchio. Fotos Bárbara.

Fue construido con forma de castillo con una torre de 96 metros de alto se inicio en 1299 y se terminó en 1314. En principio se llamó Palazzo dei Priori o Palagio Novo y después en el siglo XV Palacio de la Señoría, después como Palacio Ducal al establecer su residencia Cosme I de Medici en 1540. En la actualidad se llama Palazzo Vecchio desde 1565 al mudarse al Palacio Pitti. Decorado por Vasari, la riqueza interior es apabullante, murales, pinturas, columnas bellamente decoradas, esculturas y mobiliario espectacular. El primer patio fue construido en el siglo XIV y modificado por Michelozzo, quien sustituyó los pilares por columnas cilíndricas y octogonales. En el centro del patio está la fuente de Francesco del Tadda con una reproducción del putto y el delfín de Andrea del Verrocchio, cuyo original se encuentra en el mismo palazzo. Las bóvedas cruzadas fueron adornadas por Marco da Faenza quién cubrió las columnas de estuco dorado con motivos vegetales, putti y otra figuraciones encargadas por Cosimo I de Medici con motivo de la la boda entre Francesco de Medici y Juana de Austria.

Faroles florentinos

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Fotos Bárbara.

Mi adicción por las farolas y los faroles, estos más discretos pegaditos a las paredes, hacen que esté donde esté sienta la imperiosa necesidad de inmortalizarlos y llevármelos como recuerdo. Estos son de Florencia cerca del Duomo y si no recuerdo mal de la calle dei Banchi y de una callecita que lleva a Santa María Novella.

Los dos «Bacos» de Caravaggio. Roma y Florencia.

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Caravaggio: «Baco enfermo». 1596. Óleo sobre tela. 66 X 53. Galería Borghese (Roma)

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Caravaggio: «Baco». 1598. Óleo sobre tela. 98 X 84. Galería de los Uffizi (Florencia)

En su momento puse una entrada sobre el «Baco» de Caravaggio que permanece en la Galería de los Uffizi de Florencia, tras una visita a la ciudad. La sensualidad de esta representación del dios Baco se evidencia en el, para algunos, autorretrato del pintor y para otros estudiosos del tema, el retrato de un «castrati». La ligera embriaguez delatada por el tono rosado de las manos y el tono del rostro que contrasta fuertemente con el del resto del cuerpo; la mano que ofrece la copa de vino, ese temblor, casi imperceptible, el rostro que mira al espectador de frente, todo, nos indicaría que el pintor de Lombardía nos lega el trabajo de un pintor libre, alejado del realismo idealista del Renacimiento y el reflejo de su vida un tanto anarquista, repleta de lances, juergas nocturnas, de bajos fondos. Michelangelo Merisi, Caravaggio, pinta otro Baco anterior, hoy en la Galería Borghese de Roma, donde este «Baco enfermo», con los labios sin color, coronado también por hojas de parra, nos mira directamente a los ojos, con una mirada sumamente inquietante. Este último se considera un autorretrato estando el pintor muy enfermo, dado que por entonces vivía en la pobreza más absoluta. Cualquiera de los dos «Bacos» es un fiel reflejo de la mejor pintura de este soberbio pintor del Barroco.

Piazza degli Innocenti, Florencia

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Fotos Bárbara

Pasear por Florencia, sin prisa, al margen de los viajes programados, es el colmo del disfrute. Tomarse el tiempo para sentir que uno no está de paso, derrochar las horas descubriendo rincones y sentarse en terrazas como si uno fuera ciudadano florentino, eso es el no va más. Quiero volver para ver lo que no pude ver antes, como todos los tesoros de La Academia y las salas cerradas de los Uffizi; Miguel Ángel y la belleza. Y comer «trippa» a la florentina…

¡Y va de sombrillas!

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Fotos Bárbara

Florencia, Plaza de la Señoría

Siempre me han gustado las sombrilla y no sé muy bien el porqué; las he fotografiado en cuanto veo una aunque sean de refilón, como estas de Florencia. Intencionadamente o no, siempre están ahí. Será esto objeto de sicoanálisis… ya me estoy empezando a preocupar.

Santa María Novella II (Florencia)

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Fotos, Bárbara

El interior de la iglesia de Santa María Novella de Florencia me impresionó nada más entrar por la gran cruz de Giotto, que me dejó sin palabras. Después ya me fui fijando en el altar mayor con su fantástico labrado y las vidrieras, esas que filtran la luz de modo que los fieles o no en la época de las grandes catedrales debían quedar fascinados e impresionados. Toda esa magnificencia iba dirigida al pueblo llano, poco letrado e instruido de entonces. Ese ambiente y la grandiosidad de la nave central y las laterales con sus correspondientes capillas con ricos retablos, magníficos, como el de la última fotografía, dan fe de la riqueza de la iglesia y de cómo su poder se ponía de manifiesto. Cierto es que los grandes artistas, gracias al mecenazgo de la misma, pudieron realizar sus obras maestras, que nos han llegado hasta hoy con toda su belleza.

Siento que las fotografías no sean muy buenas, el día era gris y mi máquina muy normalita.