
Retrato de Berenice Abbott, c. 1923-26. MoMA

Fuente, 1917

Dios, 1917. Fotografía de Morton Schamberg (impresión en gelatina de plata)
La baronesa de Dada, así llamada por todos, era de origen prusiano, nacida en 1874. Bien jovencita destacó por su poderosa personalidad, que la llevó a dedicarse al vodevil en Berlín para muy pronto formar parte del Art Nouveau de Munich. Tras varias peripecias por Italia y diversas experiencias sexuales se mudó a Kentucky tras ayudar a su marido a fingir su muerte. Viajó por Estados Unidos y se instaló en N. Y. Fue una artista integral que combinó la escultura, la poesía, la moda y la performance; ella era la encarnación de la vida antiburguesa. Se casó con un barón arruinado para heredar el título y fue el centro de la vida excéntrica y cultural de Manhattan. La baronesa era todo menos una persona «normal». Inventó el readymade, la escultura formada por materiales de la vida cotidiana, apoyándose en la idea de que el arte puede ser cualquier cosa. Cualquier cosa le servía, viejos trozos de hierro, latas, llantas de automóviles, cosas que recogía de las alcantarillas de N. Y. Sus esculturas de objetos eran ingeniosas y absurdas, pero siempre llenas de carácter. En una carta a su amiga, la artista Sarah Freedman McPherson, le escribió: «Sarah, si encuentras una lata en la calle, quédate junto a ella hasta que un camión pase por encima. Entonces tráemela». Se adelantó a Duchamp un año antes de que este presentara su primera obra. ¡A ver si vamos reconociendo las cosas y poniendo a cada cual en su sitio! Así lo hizo Irene Gammel en la biografía de 2002 «Baronesa Elsa» en la que se demuestra la influencia que Elsa ejerció en la obra de Duchamp; como ejemplo, el famoso urinario llamado «Fuente» que ella envió al Salón de la Society of Independent Artists de Nueva York bajo el seudónimo masculino de Richard Mutt. Tanto Alfred Stieglitz como la hermana de Duchamp afirman la autoría de Elsa. Después de la exposición la escultura desapareció, y la primera reproducción de «Fountain» no se hizo hasta mucho después, en 1950, de la muerte de la baronesa, ocurrida en 1927. Su poesía abrió nuevos caminos; en un estilo beat escribió sobre América, sexo, maquinarias y muerte. Sus poemas aparecieron junto al «Ulises» de James Joyce en The Litle Review y ambos sufrieron por igual la censura y ella, Elsa, vivió para desafiar la ley y los convencionalismos. Su escultura readymade más famosa, una pieza retorcida de tuberias oxidadas unida a una caja de ingletes llamada «Dios» fue atribuida durante mucho tiempo al fotógrafo que la fotografió, Morton L. Shamberg. Para darnos una idea de su eclecticismo el retrato de Berenice está hecho con gouache, pintura metálica y laca teñida con barniz, lámina de metal, celuloide, fibra de vidrio, cuentas de vidrio, objetos de metal, papel pintado recortado, yeso y tela sobre cartón.