El artista retratado por su amigo de la infancia Maurice Guibert en las playas de Le Grotoy en Picardía en unas imágenes poco habituales. Los últimos años de la vida del pintor fueron de locura y juergas continuas quizás apurando lo que le quedaba de una existencia de por si dolorosa. Su sentido del humor queda patente en todas y cada una de las fotos que le hizo Guibert disfrazado o riéndose hasta de su sombra.
Apuesto por que sea nombrado, si bien a título póstumo, el mejor «caganer» de 2018.
Jajajá… tienes mi voto!!!
Muy buen post sobre este pintor tan bohemio
El pobre tenía motivos para ser desdichado, pero parece que aún así no perdió su sentido del humor.. Muchas gracias Natalia.