
«Anna Ajmátova» dibujo de Amadeo Modigliani
Anna Ajmátova pertenece al movimiento acmeísta, el cual defiende la concisión de estilo, la economía del lenguaje, la exactitud del concepto y una preferencia por la imagen frente a la metáfora. Nacida en Kiev en 1889, Anna Andriéievna Gorenko vivió una época de hielo en la que la prosa vencía a la poesía o, mejor dicho, el prosaísmo sobre la poesía; su marido, el también poeta Gumiliov, fue fusilado acusado de conspiración y su hijo varias veces encarcelado a pesar de las infructuosas gestiones de Gorki. Anna vivió su drama personal, padeció el sitio de Leningrado, como el de muchas madres rusas, pero jamás renegó de su pueblo, cuyo destino abrazaba. Stalin y Zadanov la silenciaron y despreciaron, pero el pueblo ruso la compensó con creces: sus poemas corrían de mano en mano en los círculos literarios y las ediciones se agotaban enseguida. Una de sus obras más conocidas, «Requiem», la escribió a petición de una mujer del pueblo que la reconoce cuando hacían cola para ir a ver a sus hijos encarcelados.
Te llevaron al alba,
yo fui detrás, como a unos funerales,
niños lloraban en un cuarto oscuro,
goteaba un cirio ante una imagen.
En tus labios lo frío del icono.
No olvido de tu frente los sudores.
Mujer también, cual las de los Arqueros,
aullaré frente al Kremlim y sus torres.
Del libro de Anna Amátova » Requiem». 1935. Los arqueros, o Streltsi, eran la guardia personal de los Zares que, tras rebelarse contra Pedro El Grande, los mandó fusilar en un número aproximado de dos mil.

Edición de Barcelona 1967.
Este librito es uno, de todos los que tenemos, al que tengo un especial cariño desde que lo compré allá por 1968. Debió llegarme entonces muy dentro en aquellos años un tanto oscuros de mi vida y me alegra que lo hayas puesto en tu blog, porque así he podido tenerlo, un tanto deteriorado ya, otra vez entre mis manos.
Muchas gracias, Aurelio, por tu comentario. La figura de Ajmátova me resulta cercana sin saber muy bien porqué; y sus versos me llegan muy dentro.