
La manta. Foto: Bárbara

La manta. Foto: Bárbara
El Otoño, siempre lo digo, es la estación que más me gusta. Adoro esa sensación tan hogareña de estar tumbada con la manta viendo una buena película. Y si a esto le sumamos que antes hemos dormido una siesta reparadora, entonces me siento en la gloria. Hacer el vago de vez en cuando no está nada mal, lo confieso sin remordimientos, pero cuando pienso en los sin techo, lo de la manta se me atraganta, esa es la verdad. Estos días han llegado a nuestras costas alrededor de 500 emigrantes en pateras; pienso entonces en el frío, en el miedo y el sufrimiento de personas que han dejado atrás a sus familias… y entonces me digo que este mundo está tan mal distribuido, que dan ganas de llorar y llorar sin parar y de ponernos en marcha… pero al final no hacemos nada. Y todo se queda en unas simples fotos vistas en la televisión, tantas veces. ¡¡¡Y NO HACEMOS NADA!!!