
Foto: Bárbara

Foto: Bárbara
Por diversos asuntos que no vienen a cuento he tenido que parar y vuelvo al cabo de los días satisfecha, porque aquello que me impedía estar al pie del cañón se va resolviendo de manera satisfactoria. Y vuelvo con lo que más me gusta, que es ver como florecen los jardines y los bordillos, y las macetas rebosan alegría. No todo va a ser malo y aun así, después de un parón, una se da cuenta de que todo sigue más o menos igual, que los amigos siguen aportando cariño y esa sensación de alivio que nos hace sonreír pervive. «La amistad es la máxima bondad de la vida», dice Epicuro en sus «Máximas capitales», concretamente en la máxima 27, en la que afirma: «De entre las bondades que la sabiduría procura para la felicidad de la vida entera, la mayor con diferencia es la riqueza de la amistad». La amistad es algo maravilloso que hay que cuidar, mimar y corresponder como se merece. Y aún así, o por eso mismo, echo de menos a los que ya no están… o están en una situación de riesgo… Van por ellos estas flores.
Une jolie maxime et des fleurs qui sont à l’image de celle qui les poste 🙂
Ma belle poète! Toi, tu es come d’abitude, tres gentille.Merci bien. Bisous
Q buen momento la primavera para volver! 🙂 Abrazos d luz
De todos el mejor!!! Muchas gracias M. AN.
Un abrazo
¡Y qué flores! Son verdaderamente una explosión de alegría y entusiasmo. Y tus palabras, verdaderamente y como siempre, acertadas. Tú nos recargas las pilas a todos 🙂 Un abrazo a ti y a Aurelio.
La naturaleza es un prodigio. Qué más quisiera yo! Un abrazo grandísimo.