Monet nos mostró toda la belleza de los reflejos en el agua; este estanque es pequeño, pero contiene un micromundo y solo contemplándolo ya me imagino paseando frente a su casa de Giverny, o por la rosaleda que en verano es como un incendio que avanza o viendo pasar las nubes de la mano de los nenúfares sentados, o eso parece, sobre las hojas, que sostenidas desde el fondo por los largos tallos marrones se mecen de forma imperceptible al ojo.
Me hace mucha ilusión verte unir tus dos pasiones: el Arte y la Naturaleza (que orgulloso de tí estaría nuestro abuelo Joaquín). Y sobre todo con tu vista «reparada». Gracias por compartir con nosotros estas fotos estupendas. Un fuerte abrazo
¡Tú lo has dicho: mis dos pasiones! Aunque desde hace cuatro años tengo otra, mi nieta que nos tiene sorbidos los sesos…
Por cierto el abuelo «contagió a más de un nieto, mi hermana Pilar adora a los animales. Por cierto un día de estos pondré un retrato que le hice al abuelo.
Feliz domingo y un fuerte abrazo!
Me encantará verlo. Un abrazo a tu hermana. Le felicité el Día del Pilar; pero, una de dos, o no tomé correctamente su dirección de correo electrónico, o no consulta con frecuencia su buzón. Un abrazo bien fuerte a ti y a Aurelio.
Dale un beso de mi parte a tu nieta. Aunque todavía no soy abuelo (espero serlo algún día), comprendo perfectamente esa «locura» 🙂
Se me despisto este comentario, perdona Joaquín. Mi hermana pasa del correo, creo que no lo abre nunca. ¡Ya verás cuando seas abuelo!
Ya veo que estás aquí de nuevo, amiga!
Son preciosas tus fotos. Esos tonos de verde tan delicados, sugieren suavidad.
Besetes de domingo, querida…
Y ahora, de vuelta de Barcelona donde he conocido a dos amigos tuyos fenomenales… espero que la próxima vez pueda conocerte personalmente. Gracias María. Un beso grande.
Me encanta como Monet pintaba la naturaleza!
No lo hacía nada mal!
Un abrazo grande.