
Tintoretto: «El origen de la Vía Láctea». Circa 1575. Óleo sobre lienzo. 149 x 168. National Gallery, Londres.
Tintoretto debía tener complejo de Ícaro -es una licencia socarrona-, pues en sus composiciones en diagonal o en zig-zag gustaba de colocar cupidos, angelotes que volaban -eso es lo que se espera de ellos-, pero, y ahí viene lo curioso, es que se saltaba las leyes de la gravedad con personajes que, por muy dioses o diosas que fueran, volaban con una gracilidad asombrosa. Dos ejemplos: en el Nacimiento de la Vía Láctea todos, animales y personas, flotan en el éter, salvo la diosa Hera esposa de Zeus de cuyo pecho brota la leche (en la tradición cristiana la Virgen María), origen de la Vía Láctea; Hermes, el mensajero de los dioses le había colocado a Hércules cuando ella se encontraba dormida para que así obtuviera la inmortalidad ya que este era hijo bastardo de Zeus y la mortal Alcmena. La leche se derramó cuando retiro bruscamente de su pecho al niño. En el cuadro de abajo, Ariadna flota que da gusto, posando ligeramente su mano en la diosa Venus mientras sostiene una corona sobre la cabeza de la deidad. Dos magistrales obras donde destaca el hermoso color propio de la escuela veneciana.
Me estás dejando con la boca abierta con tus entradas sobre pintores…podría decir «usted SI que sabe…»
Gracias, cada dia se aprende,
Buenoooo… hago lo que puedo y a veces me pongo un poco burlona, sin faltar el respeto a los grandes maestros como Tintoretto cuyo colorido es fascinante.
Muchísimas gracias.
Un abrazo muy grande!
El color está muy logrado con ese azul intenso. Y en cuanto a la ingravidez, a lo mejor Tintoretto tambié flotaba en el aire revoloteando con el pincel en la mano 🙂
Jajaja… eres la pera, querido Joaquín, me lo estoy imaginando!!!
🙂
Jajaja… soy poco ortodoxa, aunque intento ser lo más rigurosa posible.
Un abrazo grande!
Esos tonos azules son preciosos! Y los revoloteos, pues… quien pudiera revolotear de esa manera 😉 😉
Besetes, mi querida Barbara!
Verdaderamente soberbios!!! Eso mismo digo yo… siempre añoramos esa capacidad de volar.
Un montón de besos, querida María!
El artista tiene licencia para dejar volar su imaginación…
Admiro y adoro tu rigurosa heterodoxia.
Te envío a Hermes, volando, con un beso mitológico.
¡Y tanto… eso es lo mejor !!!
Jajaja… eres un encanto.
Ese tan guapo ere Hermes? Ya me parecía que no era de este mundo…los besos mitológicos, de los mejores !!!
🙂
Sí, era Hermes, lo mandé por lo de sus alitas en los tobillos, que le dan mucha velocidad de crucero, para que te diera los besos antes. Pero ya va para allá Apolo (ese sí que es guapo). Tarda más en todo, incluso en los besos… Espero que te gusten también.
Raudo y veloz como el rayo, eso sí, pero muy majo… ¡Ay, Apolo… esas son palabras mayores, querido Pablo! Y, yo con estos pelos veraniegos… en fin, ya te contaré!
🙂 ¡Ja, ja, ja, ja!
¡Qué linda!
Besos.