La manera en que Isidre Nonell trata la figura, a partir de 1900 es un referente para mí; lo fue cuando comencé a plantearme lo figurativo allá por los años 70. Antes de 1900, Isidre Nonell formaba parte de un grupo llamado la «Colla del Safrá» (Grupo del azafrán) formado por pintores como Joaquim Mir, Canals, Pichot… que pintaban paisajes por los alrededores de Barcelona preocupados por la luz, los cambios cromáticos al dictado del posimpresionismo, buscando los efectos atmosféricos en tonos cálidos, de ahí el nombre del grupo. Isidre Nonell también formó parte del mítico «Quatre gats» junto con Picasso y Rusiñol en ese ambiente de efervescencia creativa de la época en Barcelona. Si para Picasso su estancia en Horta del Ebro marca el momento de reflexión que dará sus frutos en el cubismo, para Nonell la estadía en Caldes de Boí, pequeño pueblo de los Pirineos, donde muchos de sus habitantes padecían de cretinismo, afectará de modo esencial en el tema de sus obras posteriores: los marginados y más desfavorecidos de la sociedad. A partir de entonces se centra en la figura humana con una manera nueva de hacer, el volumen de sus mendigos, de sus gitanas en actitudes claras de tristeza y abatimiento sobrecogen por la atmósfera de soledad, de abandono; al comienzo su paleta se torna oscura, pero tras dos largas estancias en París en 1900 comienza su nueva etapa con sus famosas gitanas por el contacto con la pintura francesa más moderna; mientras, Picasso se sumerge de otra manera en su época azul seguida de la rosa, aunque ambos comparten su interés por los personajes marginados. El eco de la crítica burguesa catalana es negativa para Nonell, que muestra una realidad que no les gusta: su pintura es una provocación. Nonell muere prematuramente con 38 años tras obtener un gran éxito, en 1910, en una exposición en Faianç Catalá de Barcelona que supuso su reconocimiento de público y crítica.
La línea magistral de Nonell, que delimita el sufrimiento de ese volumen rotundo y sin nada anecdótico que nos aleje de la esencia, es portentoso. Nada sobra y nada falta para bajar el volumen de la marginalidad. Las gitanas no son en él nada folclórico. Me resulta difícil expresar mejor mi admiración.
C’est beau et puissant vraiment, sensible jusque dans les positions du corps, l’expression suggérée sans excès, c’est très beau !
Bonjour, Phédrienne!
J’adore la simplicité de son style puissante, très forte et au même temps tendre ! Vraiment beau.
Merci, ma belle artiste!
¡Gran comentario, Bárbara! Y realmente estas pinturas sobrecogen: parece que lo único que importa al pintor es retratar el abatimiento y la tristeza.
Me gustan muchísimo estas figuras abatidas de Nonell ; sus paisajes son también muy buenos. Muchas gracias, guapo!