En 1916, Juan Gris pinta esta obra “Jarra y vaso” y “Frutero, vaso y limón”, (ya reproducido con anterioridad), ambos en la misma gama de colores y con la misma austera elegancia. El pintor más colorista de entre los cubistas consigue en estos dos cuadros una luz contrastada entre los blancos, grises y negros difícil de superar.
Tienes razó, el juego de colores, además, me transmite luminosidad y alegría . La realidad está fragmentada, pero no da la sensación de caos.
¿Verdad que sí? La luz es vital, como bien dices, no existe el caos; todo es orden y equilibrio y transmite una alegría serena.
Gracias, maño!