La idea más extendida es asociar el clima desértico con los cactus; no sé si los míos son tan díscolos que cuando más llueve más se esponjan, o es que crecen por ser de casa y por oírme decir hasta el aburrimiento que no hay que desperdiciar ni una gota, que luego los pantanos en verano no… en fin, ¡ellos guardan el agua en su interior con tanta gracia que salta a la vista!
La verdad es que los tienes verdaderamente hermosos. ¡Enhorabuena!
Quiero pensar que son felices como Mari Pili…
Un abrazo.
Bellos, adoro los cactus.
Muchas gracias, En la isla de Lanzarote hay un lugar fantástico, el Jardín de los Cactus, con una gran variedad de ellos que seguro te gustaría; creo que lo diseñó Cesar Manrique al igual que otros espacios de la preciosa isla.
Un abrazo.
Debe ser precioso, un lugar así da mucha paz. Me gustan las plantas en sentido general, pero los cactus, los adoro!
Sí que lo es y la flora en las Islas Canarias, una maravilla. Soy una apasionada de la naturaleza y me duele todo el mal que la acción del hombre le ocasiona..
Un cordial saludo!
Tristemente el hombre es el principal depredador del planeta. Ojalá algún día nos demos cuenta del error.
Un saludo!
Solo con verlos se nota que crecen felices. ¡Cactus amorosos!
Hola Elena, quiero pensar que sí, están tan bonitos… la naturaleza es así de esplendida y nos da mucho amor y satisfacciones diarias.
Me encanta tu expresión: ¡cactus amorosos!
Un abrazo con mucho cariño!