Fotos Bárbara
La vid del Canadá, esa que en otoño se vuelve roja, irrumpe esta primavera con fuerza entre la hiedra como diciendo: aquí estoy yo; con una chulería y un poderío que tengo que agradecer porque habla de la fuerza que tiene y lo agradecida que es teniendo en cuenta que solo planté un brote pequeñito el año pasado.