
Foto : Bárbara

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara
No es la primera vez que lo digo, el otoño es mi estación preferida, quizá porque de forma palpable se ve como el ciclo de la vida se pone otra vez en marcha, para en la primavera volver a contemplar cómo nacen los diminutos brotes y los ves crecer día a día. El otoño es como la vejez de la naturaleza que, al igual que en los humanos, pone arrugas de sabiduría en nosotros; yo aspiro a envejecer con la misma dignidad y belleza de las moreras que hay frente a mi casa. Un rostro surcado de arrugas puede ser tan bello o más que el cutis terso de un adolescente insulso, que los hay. El paso del tiempo no nos debe asustar, pues formamos parte de ese ciclo de vida que renueva nuestro mundo y ese mundo, hay que reconocerlo, es muy hermoso.
Precioso, Bárbara. Coincido contigo en ese sentimiento otoñal.
Buen día y un fuerte abrazo.
Como estudiosa y contempladora reflexiva de la Naturaleza que de forma maravillosa se refleja en tus blogs, coincidir me alegra enormemente.
Buen día, estimada Isabel con un abrazo grande.
Una forma sensata de afrontar la vejez la que planteas. Hay que encontrar el estilo de la naturaleza que cada otoño se renueva dejando caer todo lo insulso, nosotros lo hacemos torpemente.
Un abrazo con aire otoñal.
Ya sabes, querido amigo, como me alegran tus hermosas palabras.
Un abrazo, ahora ya invernal, pero igual de grande y cariñoso.