
Foto: Bárbara. Florencia
Cuántas vidas, cuántas personas hay detrás de las ventanas, no solo de los palacios, de las antiguas logias, sino en las casas habitadas por personas normales y corrientes. La ventana que nos abre, amplía la mirada al exterior, qué gran avance. Y qué decir del gran invento árabe de las celosías, que te permiten observar sin ser visto. Este fundamento de la privacidad, ha tenido, gracias al ingenio, otros modos de ver sin que el observado se dé cuenta; las mirillas de las puertas sin ir más lejos. En algunos lugares, el derecho de admisión se fundamenta hoy en la mirilla y los habitantes abren la puerta al intruso según les venga en gana. Pero hay muchas formas más de observar sigilosamente, detrás de un tapiz estratégicamente situado, lo hemos visto en celuloides añejos de aventuras… Yo recuerdo que de pequeña me apasionaba tirar del separador de unos libros del despacho de mi abuelo, detrás de los cuales había una ventanita desde donde se veía el hall de entrada y desde allí el abuelo decidía si recibía al intruso o no. Fantástico invento que hacía volar mi imaginación.

Foto: Bárbara. Florencia

Foto Bárbara. Florencia
¡Qué recuerdos! Me encantaba tirar de la cita y ver como tres o cuatro falsos libros se corrían y se veía el final de la escalera de la entrada. Qué buen instrumento para no tener que cruzarte con visitas fastidiosas (para mí) cuando era niño 🙂
Me encantaba aquel despacho!!! En el instituto de Tenerife hice una redacción sobre él y me dieron una muy buena nota, por entonces no estudiaba mucho, estaba en plena adolescencia tonta y era un tanto rebelde y aquella nota me hizo ilusión; pensaba que lo mío estaba en otro sitio muy lejos de aquella isla…
Por otro lado, ¡qué atractivo tienen las ventanas de las casas¡ Cuando veo las luces encendidas y una parte del mobiliario (una mesa o una lámpara) siento una especie de afecto hacia aquellas personas (invisibles para mí) que llevarán sus vidas, sus aficiones, sus preocupaciones, su rutina…
Lo has expresado divinamente; eso es lo que he pensado muchas veces!!!
Ah Florencia….La primera foto es en la esquina de la casa de Dante?
Creo que es un pasaje entre el Palazzo Vechio y otro edificio que nos lleva a los Ufici. Muchas gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo.
Si nos metemos en el tiempo no salimos de una continua recreación geométrica de objetos, sensaciones, ensueños y melodías. Entramos en el ciclo de las emociones personales.
Me ha encantado tu texto y la conversación tan auténtica que como otras ocasiones mantienes con Joaquín.
Un entrañable abrazo !
Ah! ¡Qué gustazo tenerte por aquí!. Joaquín es imprescindible, igual que tú; sois los dos los mejores pilares de este blog. Sin vosotros no es lo mismo, te lo aseguro. Y debo decir que añoro mucho a una persona, a mi querida Candide, que estaba enferma y era la alegría personificada. Parece increíble los lazos de autentica amistad que se llegan a crear a través de estos medios.
Un abrazo de esos que traspasan fronteras!!!
Todavía recuerdo en un inicio haber podido percibir en Candide; lo positivo, alegre y afable de su persona, y la amistad que mantenían.
Muchas gracias por tus palabras que siempre valoraré y que me colman de regocijo.
Te mando otro abrazo a la velocidad del rayo.
Me habéis hecho poner colorado 🙂
Para Demian
Una persona fuera de lo común, sin duda. Las gracias siempre a ti, amigo mío.
Un abrazo de esos de ida y vuelta!
Para Joaquin
No era nuestra intención «colorearte» demasiado, pero al Cesar lo que es del Cesar…