
La Maison Rose (Montmartre) Foto: Bárbara

Le Consulat (Montmartre) Foto: Bárbara
Para mí es muy difícil quedarme con unos pocos lugares, pero hay algunos a los que siempre vuelvo. Por ejemplo en Montmartre me encanta la Maison Rose, que fue la vivienda del pintor Utrillo, una casita pintada en rosa, coqueta y pequeña con unos veladores en la calle donde puedes tomar unas cervezas, o Le Poulbot, igualmente habitada por el pintor del mismo nombre, amigo de los niños desamparados del barrio, hoy un pequeño restaurante, o Le Consulat, igualmente bar y restaurante en la misma Place du Tertre, siempre abarrotada de gente. En esta misma plaza se encuentra el Sindicado de actividades de Montmartre. Cuando paseo por el Sena, siempre acudo al Café Esmeralda, detrás de Notre Dame. En su interior la gitana Esmeralda del Jorobado de Notre Dame, baila que te baila tocando la pandereta en el fondo del local, en el mural que hay al lado de la escalera que lleva a los lavabos; desde sus veladores, en la calle, se puede contemplar como discurre el Sena plácidamente y el puente que lleva al Marais. Allí se puede tomar un croquemonsieur o un croquedame divinos. En fin… seguiré hablando de París; es inagotable.
Algún día me encantaría ir. Me acabas de transportar allí.
Estoy segura de que te encantará, yo soy una forofa de París; tuve la enorme suerte de vivir en el Barrio Latino a los 22 años y me flechó. Muchas gracias, Marina.
Un fuerte abrazo.
Al igual que hice el otro día, he copiado las imágenes y tus palabras en un documento Word y se los he enviado a mis hijos. Seguro que, como la vez anterior, les entra «sistalgia» 🙂
Seguro, seguro, querido Joaquín . Muchas gracias y un beso.
No he ido nunca a Paris, pero ahora me toca mas que nunca con tus descripciones maravillosas y cariñosas de lugares llenos de vida. Gracias por dejarme con el sentido de ser transformada a la famosa mosca de la pared.
No dejes de ir porque te encantará; conozco otras ciudades europeas, pero ninguna me gusta tanto, para mi tiene un encanto especial difícil de definir. Muchas gracias CC
Un fuerte abrazo.
Lo haré lo haré 🙂 Este encanto – o especie particular – de Paris, creo que éste es su gran marca (Brand). No caben dudas que tu me has animado mas con tus experiencias personales y los imagenes maravillosas. Gracias. Un fuerte abrazo para tí.
Creo que ahora todos amamos esos lugares.
Me hace muy feliz que digas eso. Un abrazo grandísimo
He estado recientemente en París, en una visita de fin de semana por asuntos familiares que, afortunadamente, han tenido una evolución positiva. En fin, en mi tarde libre llegué a la iglesia de Saint Germain, que nunca había visitado. En una de las capillas de la cabecera me encontré a dos hombres y una mujer cantando maravillosamente. En los bancos había unos cancioneros. Me senté a escuchar. Cuando terminaron, la mujer me explicó amablemente que se trataba de «chants» de la comunidad ecuménica de Taizé, que cada día a la misma hora se entonan en esa capilla de la iglesia de Saint Germain, en los más diversos idiomas. Me preguntó de donde venía y rápidamente se pusieron de acuerdo para entonar un canto en castellano. Intenté seguirles como buenamente pude. Fue un momento maravilloso. Parisinamente encantador.
Gracias una vez más por tu blog y un gran abrazo.
Hola, querido amigo! Qué bien lo has contado; me ha parecido estar ahí, en ese mismo lugar, tan cerca del Café de Flore, y me hubiera gustado oír esos cantos. Es una de esas historias que remueven por dentro. Creo que parte del encanto que tiene París es la comunidad tan diversa de gentes de todo el mundo, esa riqueza humana que hace que una sienta que está en el centro de un universo en pequeño o muy grande, según como se mire.
Y me alegro que esos asuntos se resolvieran bien. Siempre gracias a ti.
Un abrazo enorme.