Ayer no pude, como todos los años, felicitarte; a veces el ordenador juega malas pasadas, pero no por ello siento menos la felicidad de saberte tan viva y alegre que haces de nuestras vidas algo nuevo como la savia necesaria para respirar día a día por el impulso que nos da saberte aún gozando en el paraíso de la infancia.¡Y que así sea por muchos años, mi niña!
Me has dejado sin palabras que añadir…
Toda la felicidad también de mi parte.
¡Preciosas flores, Bárbara! Y seguro que la destinataria de tu felicitación (¿tu nieta?) pensará que «nunca es tarde si la dicha es buena». Un abrazo a ti y a Aurelio
La nietecilla nos tiene embobados! A veces el ordenador va a su aire y no queda otra que plegarse a su voluntad caprichosa. Muchas gracias Joaquín.
Un besazo.
El cariño no sabe de calendario, solo de intensidad. Y la que recibe desde allí la nieta es tanta… Besazos.
¡Y tanto! Y si además ella es tan intensa que vive la emoción de la aventura con la que nos lleva cogida de la mano para hacernos vivir el mundo de la fantasía, es un regalo a través del cual podemos bucear en ese mundo prodigioso de la infancia.
Besazos todos!!!