Un buen día, este cactus que crecía y se desarrollaba normalmente, se fue abriendo por la base, extendiéndose a lo ancho como si los líquidos interiores se desparramasen libremente y su dureza y consistencia se quedaran reducidos a nada. Se fue desinflando como un globo y su aspecto semejaba a una boina extraña con aspecto de platillo volante no identificado. ¡Sorpresas de la naturaleza!
Una cosa parecida me paso a mi. Tenia uno precioso y un día, empezar a quedarse como el tuyo. Nunca antes, vi una cosa isa.
Nunca antes me había pasado; es algo extraño, ¿verdad? Da mucha pena cuando el cactus está bonito… Te entiendo perfectamente.
Un abrazo, Junior!
A new hat Barbara? No hugging please!
Un sombrero muy peligroso… pincha !!!
Un abrazo, Ash !!!
A warm hug…..as long as you’re not wearing the hat !!!
Jajaja… no me lo pondré!!!
Seriá bueno para abrirse paso en una multitud 🙂
Toda un arma peligrosísima!