Este es un plato que se hace casi solo y resuelve el eterno problema de: ¿qué hago mañana para comer?; es de esos que resuelve cualquier contingencia y tarda en hacerse no más de un cuarto de hora, el tiempo de cocer un arroz blanco y cinco minutos más. Si tenemos la precaución de tener en la despensa algunas latas y botes precocinados, improvisar una comida es bien sencillo. Y, a veces, improvisando el resultado está de rechupete. Personalmente me gusta mucho este invento y como no hace falta irse a Suecia para pescar los arenques… no digo más.
Ingredientes: 1 bote de arenques, un puñado de alcaparras, un poco de mostaza de Dijon y arroz blanco, una ramita de perejil.
Hervimos el arroz en abundante agua y una vez cocido lo pasamos por un chorro de agua fría para quitar el almidón. Lo escurrimos y en un bol, ponemos el arroz con un poco de mostaza, unas alcaparras y los arenques con su salsa que ya vienen troceado; removemos, adornamos con perejil et voilà!
¡Qué bueno! Me voy a tomar algo que todavía no he desayunado y esta entrada «me ha dado la puntilla» 🙂
No era mi intención, pero el desayuno es lo primero…