Ya que estamos con Rubens no puedo dejar de lado esta sublime versión rubeniana de la figura del sátiro. ¿Habrá una expresión que condense mejor las «cualidades» que le son propias narradas, descritas en toda la literatura? Lo dudo, del mismo modo que el Baco de Carravaggio es la quintaesencia de todos los bacos posibles. Este lienzo de impecable ejecución debería, solo por esa mano y las uvas, estar entre los hits-parades de la pintura de todos los tiempos, pero vuelvo a insistir en la mirada perversa, con reflejos pícaros, enmarcada por unos pómulos altos, -volvemos a la carnalidad- donde los músculos son el resultado vivo de una boca, de una sonrisa que hay que adivinar, pero que está más que presente en cada parcela de esa cabeza magistral. La fuerza de esa mirada de abajo a arriba se adelanta a los primeros planos del cine de los años 40-50 que tan bien funcionaban con Lauren Bacall.
El cuadro es sensacional y tu comentario sobre artes (pintura, literatura, cine) y ciencia (anatomía humana) magistral 🙂
Es un cuadro que me entusiasma. ¡Venga ya! que me pones colorada…
Un beso de…(como diría Josep) de esos… de mucho cariño!
El sátiro en primer plano me recuerda ciertamente al Dios del Vino, Dionisios!
Un abrazo, Aquileana 😀
Debe ser la expresión de «viciosillos»… Jajaja!
Un fuerte abrazo, Aquileana!
De uno que quiso ser sátiro -o mejor fauno, que me resulta más amable- recibe la más mitológica felicitación por esta deliciosa entrada, tanto en lo que se refiere a las palabras como a la imagen.
Y hablando de imágenes, querida Bárbara, permíteme esta modesta aportación en la que el fauno de acompaña -como debe ser- de una hermosa ninfa y ambos se disponen a disfrutar de los placeres de la fruta… 😉
Nunca nadie que haya recibido una felicitación mitológica se habrá sentido como yo: tan feliz y agradecidísima… eso no sucede todos los días, (de hecho es la primera vez) querido Pablo!!!
Y además, por si ello fuera poco, añades la quinda, ese otro sátiro de Rubens felizmente acompañado. Por todo, un millón de gracias!