Bueno, Florencia fue la causante de ese desbarajuste emocional que provocó en Stendhal el profundo sentimiento frente a la belleza de la ciudad… no es para menos, querido Joaquín.
Un abrazo florentino!
¡Es impresionante! He sentido el síndrome más de una vez; llorar frente a la belleza me parece una reacción muy natural y más si una es de lágrima fácil… Nadie es perfecto (gracias a Dios o al presidente de la república)!
Muchas gracias y feliz semana Pablo!
Quizás el «síndrome» no sea tal síndrome. Quiero decir, que no es nada patológico. Llorar de emoción ante la belleza me parece algo natural. Y a ti, estimada Bárbara, no te resta un ápice de perfección.
¡Feliz semana!
Tampoco yo lo veo algo patológico, llorar de la felicidad que nos aportan las obras de arte me parece el no va más del genio que las creó. ¡Ay, no sabes lo imperfecta que soy… cosa que por otra parte me gusta, las personas «perfectas» me asustan mucho.Pero te agradezco el piropo cariñoso.
Muchas gracias, querido Pablo! Y feliz transcurso de los días !!!
Totalmente de acuerdo con vosotros, Pablo y Bárbara. Dichoso el que tiene un corazón de carne y no de piedra. Se sufre más, pero la capacidad de emocionarse con el bien y la belleza lo compensan con creces.
Me sorprende que semejantes obras se hayan edificado en épocas donde no existían ni las técnicas ni los materiales modernos de hoy día. Gran trabajo de Fillppo Brunelleschi para la elaboración de la cúpula a base de ladrillos.
Grandes fotos de el Duomo estimada Bárbara.
Verdaderamente asombroso y espectacularmente bello. Cuánto genio por metro cuadrado y qué momento histórico más deslumbrante.
Muchas gracias, estimado Demi y un abrazo grande !
¡Qué maravilla! No me extraña que haya una enfermedad que se llama el «síndrome de Florencia».
Bueno, Florencia fue la causante de ese desbarajuste emocional que provocó en Stendhal el profundo sentimiento frente a la belleza de la ciudad… no es para menos, querido Joaquín.
Un abrazo florentino!
Coincido plenamente con el comentario de Joaquín. ¡Qué maravilla!
Por un momento, me he sentido Stendhal… (ya quisiera yo) 🙂
Feliz semana Bárbara.
¡Es impresionante! He sentido el síndrome más de una vez; llorar frente a la belleza me parece una reacción muy natural y más si una es de lágrima fácil… Nadie es perfecto (gracias a Dios o al presidente de la república)!
Muchas gracias y feliz semana Pablo!
Quizás el «síndrome» no sea tal síndrome. Quiero decir, que no es nada patológico. Llorar de emoción ante la belleza me parece algo natural. Y a ti, estimada Bárbara, no te resta un ápice de perfección.
¡Feliz semana!
Tampoco yo lo veo algo patológico, llorar de la felicidad que nos aportan las obras de arte me parece el no va más del genio que las creó. ¡Ay, no sabes lo imperfecta que soy… cosa que por otra parte me gusta, las personas «perfectas» me asustan mucho.Pero te agradezco el piropo cariñoso.
Muchas gracias, querido Pablo! Y feliz transcurso de los días !!!
Totalmente de acuerdo con vosotros, Pablo y Bárbara. Dichoso el que tiene un corazón de carne y no de piedra. Se sufre más, pero la capacidad de emocionarse con el bien y la belleza lo compensan con creces.
Eso es, que nada nos deje indiferentes !!!
Veramente, un incanto. Un abbraccio
Voglio tornare, veramente lei è affascinante !
Un abbraccio, caro Enrico.
que hermosas fotos!!!
Muchísimas gracias, querida Leyla !
Un abrazo.
Me sorprende que semejantes obras se hayan edificado en épocas donde no existían ni las técnicas ni los materiales modernos de hoy día. Gran trabajo de Fillppo Brunelleschi para la elaboración de la cúpula a base de ladrillos.
Grandes fotos de el Duomo estimada Bárbara.
Verdaderamente asombroso y espectacularmente bello. Cuánto genio por metro cuadrado y qué momento histórico más deslumbrante.
Muchas gracias, estimado Demi y un abrazo grande !