Pintura de la época T’ang que comprende desde el 618 al 906 en la que predomina la figura como elemento predominante y donde reside el ch’i-yün o estado de ánimo del personaje. Kuan Lin viene a ser el Caronte clásico que acompaña a las almas de los difuntos hacia las mansiones celestes. No obstante el movimiento de las vestiduras, el rostro muestra una serena placidez. Este estandarte que se haya en el Museo Británico posiblemente sea una copia hecha en el periodo Ming de otra pintura desaparecida, aunque otros lo atribuyen a la época T’ang; sea como sea, la espiritualidad del rostro reconforta por su elegante sobriedad.
Plácido, pero con una cierta severidad. La pintura, desde luego, es muy bonita.
Feliz fin de semana. Supongo que ahí, Bárbara, el Domingo de Ramos debe ser especialmente bonito con tantas palmas y palmones 🙂
Tienes razón, la ocasión no da para mucha juerga!
En estos días, lo mejor es recluirse, no encuentras aparcamiento en ningún sitio; vivimos a tres kilómetros de la ciudad y esta se convierte en un caos.
Feliz fin de semana !!!
Y hay que cuidar que ningún crío te clave un palmón en el ojo o te termine de afeitar 🙂
Jajaja…!