Picasso ríe divertido al dar de comer a su perro que lame el plato con fruición, mientras su mujer contempla la escena. El pintor a lo largo de su vida siempre tuvo perros; sin duda amaba todo tipo de animales y se rodeó de ellos a medida que sus residencias aumentaban de tamaño. Foto tomada en el castillo de Vauvenarges.
Desde luego, es una foto muy simpática. Nunca he llegado a conocer el carácter de Picasso. Ciertamente, tampoco he leído ninguna biografía sobre él. Lo que nadie puede negar es su genialidad.
Sí que es simpática. A los perros cuando se les da algo que sea distinto al pienso (tan aburrido) se vuelven locos de contento. Era muy difícil de tratar, según cuentan, pero con un gran sentido del humor, supersticioso,misógino, inteligente, generoso… y un genio!