La necrópolis romana de Arles, a las afueras, vivió el desarrollo de de la cristiandad y el prestigio de su primer mártir arlesiano, Saint-Genest, en el siglo III. En el lugar se construyó en el siglo XII la iglesia románica de Saint-Honorat y como sucede en casi todas las iglesias, se fueron añadiendo elementos diferentes hasta el siglo XVIII. Del conjunto de Saint-Honorat sobresale a la izquierda esta capilla des Mollégès, bella construcción del gótico flamígero del siglo XV.
Ahora no me preguntes… no es el lugar, pero cuando volvamos a encontrarnos pregúntame y te contaré una historia sobre Honorato… seguro que te resultará de lo más interesante…
Un beso de esos de los de para compensar la intriga…
¡Joooo… esto es un sin vivir, Josep!!!
Nota: El beso está muy bien, pero no me compensa la intriga… QUE LO SEPAS!!!
Un beso de esos… «la española cuando besa es que besa de verdad»…!
ains y vosotras las isleñas…. ejem… dejáis muy buen sabor de boca…
ya te contaré…
Uisssssss… ejem… es cosa del almíbar de las cocas de albaricoque…
De nuestro amigo Martí i Pol: «Tal vegada quan baixi la marea/ podré collir petxines a les roques/ i caragols amb tot el mar a dintre» Es el mejor abrazo que puedo mandarte en este martes lluvioso.
ains……….. →
¡Qué fotos más bonitas y qué remanso de paz tiene que ser ese lugar! Gracias, Bárbara, por compartirlo.
Me encantan los diálogos entre Josep y tú; aunque tendríais que adjuntar un diccconario campiquipuguiense-español (ains, etc.) para poder disfrutarlos plenamente 🙂
Es impresionante… uno de esos lugares en los que se deja sentir una fuerza telúrica que te hace sentir muy vivo; es difícil de explicar… te atrae como un imán y no quisieras irte de allí… Los Alyscamps y la abadía de Montmajour han sido impactantes.
El diccionario habrá que pedírselo a Josep el genio del ingenio… Jajaja, es lo más divertido del mundo. Tuvimos la suerte de conocerlo en Barcelona y es genial, te lo aseguro.
Besos.