El famoso “Café de Flore”, lugar de encuentros y tertulias de intelectuales y gente guapa, al lado de la rebautizada Plaza de Sartre y S. de Beauvoir. En otro barrio, en la rue de Chabrol, Niko Sureda y el viejo exiliado confraternizan alrededor de una sobrasada menorquina, unas olivas y un vino del Priorato. Capítulos 23 y 24 de mi novela “PARISmombra”.
Y que facilidad tienes para ponernos los dientes largos no…?
Esa novela querida Chica Estirga… me da unnoséquéquequéséyo con un punto excitante…
Un beso de esos de los de… no te negaré que volveré a París…
¡Jijiji… quémalasoy! Es lo que tiene ser Chica Estirga y encima burlona…
Bisous y bibis muy parisinos…de esos de volverás no una sino mil veces!!! Y yo que lo vea desde la rive gauche…
Tú siempre tan… bourgeois-bohème… lo tendré en cuenta, así sabré donde buscarte…
Bisous con ese toque de estilo ahora llamado bobó… aptc…?
Más bohème que bourgeois por aquello de que me gusta “épater les bourgeois” como se decía en el mayo aquel…
siempre me encontrarás bajo Le Pont au Double; aunque no esté… es mi hogar espiritual… arriba vigila la Estirga, no te digo más.
Bisous estilo bobó (esos si que son burgueses) con mucho estilo, eso sí!
A fascinating place, and an excellent espresso… 🙂
¡Plaza y expreso una combinación deliciosa!!!
Genial fotografía de un lugar antológico para el existencialismo francés
Un abrazo, Aquileana 😀
¡Qué época más rica en talentos! Adoro el París de entonces… aunque París siempre es París.
Muchas gracias, Aquileana!
Otro abrazo muy cordial.