Oda a la cebolla

"Cebolla". Foto: Bárbara.

«Cebolla». Foto: Bárbara.

Esta preciosidad de cebolla ha pesado al nacer un kilo ciento cincuenta gramos. Dos hermanas suyas de peso similar han terminado en el horno; se han asado en su jugo llenando la cocina de un perfume indescriptible. Un simple aliño indumentario -¡ah, Machado!-, a base de aceite de oliva extra y un vinagre de manzana han hecho las delicias de mi estómago, que en verano disfruta de todas las maravillas que da la huerta. Como ciudadana tengo al inicio del calor el sentimiento frustrante que me produce el asfalto: añoro la tierra húmeda tras el riego de las tomateras, los cogollos de lechuga, los pimientos de distintas tallas y colores, las flores de los calabacines… un sinfín de olores y sabores que me trasporta a la infancia. Una infancia menorquina enormemente feliz entre pruneros y buganvillas; entre patos que nadaban en la alberca; entre escupiñas y bogamarins…

Pero la oda a la humilde cebolla, su elogio más bello lo hizo nuestro gran poeta Miguel Hernández cuando compuso «Nanas de la cebolla».

No tengo huerta, pero sueño con ella todos los veranos.

«NANAS DE LA CEBOLLA»

La cebolla es  escarcha

cerrada y pobre:

escarcha de tus días

y de mis noches.

Hambre y cebolla,

hielo negro y escarcha

grande y redonda.

En la cuna del hambre

mi niño estaba.

Con sangre de cebolla

se amamantaba.

Pero tu sangre,

escarchada de azúcar

cebolla y hambre.

Hermosos y duros versos que el poeta desde la cárcel dedicaba a su hijo, al recibir una carta en la que su mujer le decía que no comía más que pan y cebolla. Fue durante la guerra civil.

12 pensamientos en “Oda a la cebolla

  1. ¡Me encanta la cebolla! ¡Qué foto más buena, digna de ilustrar el escaparate de un restaurante! ¡Y vaya cebolla!, es «para hacer llorar a toda una población»:-)

    Impresionante poema. Me ha llenado de angustia. ¿Cuántos niños en el mudo suspirarían por poder comer pan y cebolla!

    Un abrazo y que paséis un estupendo fin de semana

    • Jajaja… más vale que no lloremos, la vida ya está saturada… Las cebollas me las regaló Isabel y la verdad es que nunca las había visto tan grandes y espectaculares. Al horno estaban deliciosas.
      El poema es impresionante; me imagino la angustia que lo forjó.
      Que pases igualmente un buen fin de semana.
      Un fuerte abrazo.

  2. I love your post, saturated of moods. The scents of summer crops, children playing in the sun and the beautiful flowers of bougainvillea, always in the periphery of soil, sun and water.
    All the best,
    Hanna

    • Good, nice and accurate description of the Barbara’s introduction, Hanna. I like very much your words.
      (Buena, hermosa y ajustada descripción de la presentación de Bárbara, Hanna. Me gustan mucho tus palabras)

  3. Leyendo las «Nanas de la cebolla» de Miguel Hernández, no he podido dejar de acordarme de otro grande, Pablo Neruda, unido a él por una gran amistad, junto a Alberti y García Lorca, y cuya convivencia truncó el golpe de Estado del general Franco como tantas otras cosas. También él canta a la cebolla en sus «Odas elementales»:

    ODA A LA CEBOLLA

    Cebolla,
    luminosa redoma, pétalo a pétalo
    se formó tu hermosura,
    escamas de cristal se acrecentaron
    y en el secreto de la tierra oscura
    se redondeó tu vientre de rocío.
    … … … … … … … … … … … … …

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