Al lado de los helechos que prodigiosamente crecen en el jardín, desde hace días las calas se abren paso como sin querer, pero bajo el amparo de su sombra. Y esta mañana he recordado otras mías que, creo, cruzaron el Atlántico para pasearse por la 5ª Avenida. No he vuelto a saber de ellas, aunque presiento que están bien. Lluis Llac me canta «Viñas verdes» y descanso feliz, porque hoy además he estado comiendo con una querida amiga portuguesa de corazón inglés, criada en Jamaica, a la que hacía dos años que no veía. Las calas y los amigos viajan mucho en este mundo tan globalizado, Lluis pone música a las viñas que están al lado del mar y luego canta a los astros; y presiento, y ahora oigo como cae la lluvia en un piano forte que se hará tormenta en el horizonte… y, ay, estas calas en N. Y.

Couleurs denses, image intense et évocatrice; J’aime beaucoup ; C’est plein, mais c’est un plein qui ouvre des possibilités…Et ça a presque des odeurs.
Merci beaucoup, Phédrienne.Je suis très sensible à tes commentaires.
Gros bisous, belle dame!
Excellent… 🙂
¡Me alegra saber que te gusta!
Muchas gracias, Ledrake.
Buen fin de semana.
Preciosas calas y estupendo cuadro, Bárbara. Viéndolo, me invade una sensación de bienestar, de recogimiento tranquilo, de intimidad.
Provocar esos sentimientos es la máxima recompensa.
Muchas gracias Joaquín.
Buen fin de semana.
Bonita descripción.
Besos.
Muchas gracias, Chelo.
Feliz noche de domingo.
Besos.
se parece como cristal tintado.. muy bonito!
un beso para ti 🙂
¡Ese violeta tiene fuerza, vida propia! Los colores a veces son autónomos.
Gracias, guapa.
Un beso.
questo quadro è bellissimo!
Grazie mille. Giusepina!
Un saluto.