Hay nombre mágicos que nos hacen soñar; Tombuctú es uno de ellos. En el continente europeo, España, por su situación estratégica y por su historia común durante siglos con pueblos africanos, ha sido puente entre culturas, situación de la que cada vez somos más consciente y de la cual estamos más orgullosos cada día. Personalmente, mucho. Tombuctú ha sido durante siglos guardiana de parte de la cultura andalusí, formada por miles de manuscritos que el fondo Kati ha albergado cuidadosamente. La propia Junta de Andalucía ha financiado esta hermosa labor. La famosa Biblioteca de la ciudad es el orgullo de Malí. La fascinante arquitectura de Tombuctú es un bien que hay que conservar igual, que su legado. Tombuctú ha sido durante siglos un gran centro cultural islámico de África.
Cuando la sinrazón de los yihadistas se trató de instalar en Malí, la población hizo lo que pudo para contrarrestar las normas intolerantes que pretendían imponer. Tombuctú en manos de grupos radicales veía peligrar los fondos de la biblioteca, su director Ismael Diadié tuvo que abandonar la ciudad llevándose parte del legado a fin de preservarlo. La noticia del diario «El País» del lunes 4 de este mes nos habla del celo de un empleado, Baba Pascal Camara que durante diez meses guardó el resto de documentos.
La cultura es -ya lo sabemos- un arma letal para los grupos radicales. Siempre el fascismo y los extremismos religiosos intolerantes han tenido por objetivo principal mantener a las masas cuanto más ignorantes mejor. Tener a la ignorancia por aliada dice mucho sobre sus propósitos. Y si eso además afecta mayoritariamente a las mujeres mejor. La violencia ejercida sobre ellas es insoportable.
Todavía recordamos con estupor y espanto la voladura de los budas de Babiyán perpetrada por los talibanes.
Malí liberada es una buena noticia.
C’est vrai que cette mise à sac a laissé les gens dans une relative indifférence, comme toujours! Pourtant, lz confiscation de l’art et de l’expression a toujours été un moyen d’oppression aussi terrible que les autres armes; priver un peuple de sa culture,n c’est le priver de son âme ! Et le tuer, à coup sûr !
Certainement c’est l’objetif le plus sinistre, la preuve de la barbarie. Très bien exprimé, Phédrienne. J’adore ta belle prose! Tuer la conscience et la memoire d’un peuple est tuer son coeur collectif, mais aussi un peu le coeur de tous nous.
Me tranquilizas, Bárbara. Había leído que la biblioteca había sido quemada con sus tesoros dentro. Totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Si robas a un pueblo su cultura, si borras su historia, le estás quitando el corazón.
Tombuctú hace revivir las historias de caravanas, la película «Beau Geste». Hasta el propio nombre es eufónico (en mi opinión). Y pone de relieve la necesidad de estudiar y recordar la Historia de África que no era un continente sin historia ni cultura antes de la colonización por el hombre blanco. Si creo que hasta el primer hombre fue africano…
Tengo entendido que los yihadistas fueron cuatro veces y quemaron unos doscientos manuscritos que ya habían sido digitalizados de modo que el contenido no se han perdido, también quemaron carteles pero nada más, el resto se salvó gracias al director que se los llevó a la capital y otros los disperso en una treintena de bibliotecas y al empleado que los custodió durante diez meses. Podía haber sido terrible.
Daría lo que fuera por poder conocer sitios como Malí o Kenia. Me encanta ese tipo de películas.
Tener un padre africano no está nada mal! A ver si algunos se enteran de algo….