Una muestra del menú degustación del local que dirige Julio Velandrino en Espinardo a unos tres o cuatro kilómetros de Murcia capital. La Taúlla era una antigua fábrica de pimentón y el pimentón está presente en carteles antiguos y en los aperitivos, seis, que inician los seis platos que siguen más dos postres. La nouvelle cuisine tiene sus devotos y sus detractores. Sinceramente debo decir que el servicio era inmejorable, rápido, pero sin agobios innecesarios. Y que la experiencia gastronómica fue de sobresaliente. A los que opinan que las raciones de la nouvelle cuisine son pequeñas les diría que depende del número de platos y, en este caso concreto, eran más que suficientes y de elaboración magnífica. Pero lo mismo que defiendo esto, defiendo la cocina tradicional, que una cosa no quita a la otra. Un chuletón de Ávila y unas judías del Barco tomadas en el Palacio de los Velada de la capital abulense, como puse en su momento, también fue toda una fiesta gastronómica. Digo todo esto por que a muchos les gusta el todo o nada. Y yo pienso que a cada cual lo suyo.
Fotos: Aurelio Serrano García.