
Foto: Bárbara
Justo enfrente del Hotel, tan solo hay que cruzar la calle, hay un restaurante familiar, con pocas mesas y con una cocina casera rotunda y contundente, ideal para los días en que uno, a las nueve de la noche, está ya fundido de andar recorriendo Florencia de un lado a otro. Con el menú del día se come muy bien, está decorado muy a la italiana, con manteles de cuadros y el servicio es simpático. y atento. De ahí a lanzarse a la cama hay solo un paso. Este plato nada especial, tenía una salchicha y una carne estupendas.

Foto: Bárbara

Foto: Bárbara