
«Polvos de arroz» de Toulouse Lautrec. 1887- 88.

«La risueña» de Santiago Rusiñol
Fue pintada por los mejores artistas del impresionismo, Renoir, Degas, Puvis de Chavanne, y por Modigliani, Santiago Rusiñol… De todos esos trabajos lo más curioso y a la vez más apasionante es comprobar como ante un mismo modelo, los distintos pintores tratan de forma tan diversa la imagen que ella proyecta. Evidentemente no eran retratos; ella, Suzanne, era simplemente la modelo, la excusa para afrontar una composición. Conociendo a posteriori el gran papel que esos artistas jugaron en el arte del siglo pasado, el ambiente efervescente de Montmartre, podemos decir que Suzanne lo vivió todo en primera persona.

» La lavandera». 1884- 88. Toulouse Lautrec

«La mujer triste». Amadeo Modigliani

«La sombrilla». Renoir, 1881-86
En todos ellos es Suzanne.
Voilà ! C’est ce qui est fascinant dans l’art qui ne reproduit jamais le réel mais le transforme ou le transcende. Merci Barbara
Tout à fait d’accord ! C’est ça, Merci a toi, chère Phedrienne.
Muy interesante. Enhorabuena por el comentario
Muchas gracias, rubendeluis y bienvenido a este blog. Soy como tú pintora y me han gustado mucho tus cuadros.
Un abrazo, Bárbara