
Después. Foto: Bárbara
Una dalia encogida de frío. De sobras sé que en general las flores no se encogen de frío, pero eso fue lo que pensé cuando vi a la pobre antes, tan hermosa, tiesa y estirada, mostrando toda su belleza, en todo su esplendor y ahora cerrándose sobre sí misma, como protegiéndose de las inclemencias del tiempo. Igual que los pobres gorriones que se paran en mi ventana que veo desde la cama, volando de rama en rama, piando algunos, protestando por que ni las hojas les resguardan ya. Cuando ayer amaneció lloviendo, vi a uno mojado como un pollito indefenso en el alféizar mientras yo intentaba volver al mundo de los vivos arropada, tapada con el edredón hasta los ojos. Y pensé en lo mal que está repartido el mundo…

Antes. Foto: Bárbara
El frío hace que me encoja, pero no que adelgaze 😦
Figúrate si fuera así, en invierno todos delgaditos… No estaría mal, jajaja. Muchas gracias, Joaquin. Un abrazo
Las dalias se encogen de frio para cuidar su semilla que alli se resiste, se fortalece y cuando toca estalla en nuevas plantas más colores, mereces el abrazo de todos.
Todo un poeta, Guillergalo!
Un abrazo grande!!!