
«Cuisinièr Parisienne». Éditions Stéphane Bachès, Lyon, 2007.
Precisamente mi parisina preferida, mi querida Elena, me regaló este delicioso libro de cocina comprado en los bouquinistes del Sena. Este libro de viejo está lleno de las recetas tradicionales francesas como la que aquí reproduzco de la deliciosa y reparadora sopa de cebolla que se servía de madrugada en Les Halles a los trasnochadores, amantes de la noche parisina y a los trabajadores del mercado que terminaban su jornada.
«La sopa gratinada de les Halles»
Ocho cebollas grandes partidas, medio litro de caldo de pollo, una nuez grande de mantequilla, veinticinco gr. de gruyère o de comté rallado, cuatro rebanadas de pan tostado y una cucharada sopera de Jerez.
Empezamos por rehogar la cebolla cortada en rodajas finas a fuego lento en una cacerola con la mantequilla, removiendo hasta que la cebolla quede translúcida, apenas dorada. Calentamos el caldo de pollo, le añadimos el Jerez y la cebolla. Dejamos que borbotee unos doce minutos, el tiempo de preparar cuatro cuencos individuales de porcelana con los trozos gruesos de pan y la sopa de cebolla; espolvoreamos con el queso rallado. Metemos los cuencos en el horno precalentado hasta que la superficie quede gratinada y bien dorada. Esta sopa se servía en todos los bistrots bordeando Les Halles, para reponer a los trabajadores después de una larga noche de trabajo.
Hay que aclarar que Les Halles era el antiguo mercado central de París y que hoy día es un espacio moderno lleno de tiendas, restaurantes, boutiques… En la deliciosa película «Irma la dulce» protagonizada por Jack Lemon y Shirley MacLein, en la que ambos dan vida a un gendarme y a una prostituta, se refleja perfectamente ese ambiente del París canalla y nocturno, alrededor de les Halles. En definitiva un espacio lleno de vida que se ha perdido para siempre; una pena. La vida moderna arrasa con todo y cualquier lugar del mundo hoy se parece tanto a otro, que a veces viajar no cambia tanto el paisaje. Bon appetit!!!