
Catedral de la Santa Cruz de Orleans. Fotografía: ARSO
A estas alturas del blog los seguidores sabrán de mi debilidad confesada por la amplia familia de las gárgolas, quimeras… y que, de entre todas ellas, la Estirga de Notre Dame es con mucha diferencia la más mía. Mi preferencia viene de lejos, aunque debo confesar que en aquel verano lejano de 1972 no tuve el placer de conocerla; fue mucho después, en mis escapadas parisinas, cuando subí a las torres y cuando adopté su eterna visión del Parvis, del Sena y del pequeño jardín de Sant Julian le Pauvre, de los tejados que sobrevuela en noches inciertas. Esta gárgola frailuna es a todas luces sorprendente y aunque no sé si pertenece a su familia, si es un mero adorno o cumple su función de desaguar, la adjunto para que vea que esta de Orleans es cuanto menos curiosa. Gracias a ARSO por su aportación.
Bienvenida de nuevo, Bárbara. Te echábamos de menos,
Muchas gracias Aurelio. Un besazo!
Verdaderamente es original. Nunca había visto una gárgola con hábito de fraile. Contento de volver a recibir ltus mensajes, Bárbara. Un abrazo a ti y a Aurelio.
Es muy original y verdaderamente se sale de la norma. Yo también te echaba de menos querido Joaquín.
Un fuerte abrazo.