Ya he hablado en otras ocasiones de las tiendas de barrio, cuyos escaparates son una prueba del ingenio y del sentido del humor, qué duda cabe, de los dueños. Lo que nunca había visto es tanta devoción en las tiendas de comestibles por las pobres víctimas que sin duda proporcionan los deliciosos embutidos de los que nos surten. Y encima la alegría que muestran sería suficiente para que una se volviera, ante tanta muestra de «joie de vivre», de pronto vegetariana. No hay más que ver la carita del corderito, toda risa y jolgorio, y la sonrisa abierta del cerdito, hecho un cascabel. ¡En fin, no somos nada!
Fotos: Bárbara
Un sourire du matin à te lire 🙂 . A Lyon, il existe un restaurant dont la vitrine est inondée de cochons de tous styles, dont certains avec u n kitsch désarmant. Je ne passe jamais devant sans m’y arrêter un moment 🙂
Un sourire pour commencer le jour…pas mal. Et en plus la bonne compagnie des amis: superbe!!!
Merci ma belle Phédrienne!
Lo que si es cierto es que al terminar de ver esos escaparates, aun sin comprar, uno afronta la vida con más alegría y optimismo
Así es, la alegría es fundamental y pone color al día día, querido Joaquín.