He plantado fresones este año sobre todo para que cuando venga Noa, las recoja ella. A los niños de las ciudades, que no están en contacto directo con las plantas ni con los árboles frutales, les hace ilusión y yo he vigilado para que las hormigas que son muy golosas no terminen comiéndoselas, porque las muy zangolotinas, en cuanto están en su punto y te descuidas ya han terminado con los más rojos. Había que verla cortando los largos tallos…llevándolos a la cocina y lavándolos con cuidado para comérselos con cara de gusto….
Que buenos tienen que estar. Con o sin nata 🙂
Están más dulces que los que venden porque dejo que maduren, pero a Noa le gusta todo lo ácido, figúrate se pirra por los pepinillos en vinagre…
En el e-mail, decía los «fresosones». Hasta que he leído tu comentario, pensaba que algo ocurría con los fresones 🙂
Jajaja .Es que me he equivocado y no me he dado cuenta hasta que lo había publicado; tengo unos despistes tremendos!
Que preciosas están. Yo intentado plantar y no me salen asi.
Tuve hace años y tampoco crecían tanto; ahora me he dado cuenta de que necesitan bastante agua. Así que ya sabes… Muchas gracias, Junior, me encanta tenerte por aquí.
Un fuerte abrazo.
Gracias por el consejo, a ver si así me salen tan bonitas. Abrazos.
Seguro que sí !
Otro abrazo grande.
La nieta siempre disfrutando y aprendiendo con sus abuelillos 🙂
Qué no haríamos por ella! Si es lo más precioso y preciado que tenemos, aparte de ti!
Aparte de ser un regalo a la vista esas fotografías, me has alegrado el momento al imaginar con que zalamería van a disfrutar esos fresones con la nieta. Ah, y sigue cuidando a las zangolotinas no vayan a arrasar antes de tiempo con el banquete !
Saludos y un abrazo inmenso !
Jajajá… son muy espabiladas, esas hormigas, hay que controlarlas! Con la nieta te puedes imaginar lo bien que nos lo pasamos; es muy hermoso ver cómo se abre a la vida, cómo se sorprende e ilusiona.
Un abrazo tan grande que cruce los mares!
Me alegra comprobar los éxitos de tu huerta. Bonitas imágenes, el sabor de las fresas recién cogida no tiene nada que ver con las que compramos. Y las pequeñitas salvajes, son una delicia.
Un fuerte abrazo.
No tiene mérito alguno porque este año todo está gozosamente disparatado; las hojas de la bignonia está enormes y todo se ha acelerado como si tuviesen prisa. ¡Ay, las salvajes son deliciosas, igual que las moras y todo lo que va a su aíre!
Un abrazo bien grande!