
Interior de «Le Lapin agile». Escuchando al Père Frédé, Modigliani, Francis Casco, Paul Fort y Gaston Conté
La historia del más famoso cabaret de Montmartre, «Le Lapin Agile», se remonta al año 1872 cuando el lugar se llamaba «À ma campagne» y su propietaria era una antigua bailarina de cancan llamada Adèle. En 1880 se conocía como «Cabaret des assassins» y su propietario encargó al caricaturista André Gill un cartel para la fachada de su local; el artista pintó un conejo escapándose de una cazuela. El cartel tuvo tanto éxito que se empezó a conocer como «Le Lapin à Gill» (El conejo de Gill) que con el transcurso del tiempo se convirtió en «Le Lapin agile» (El conejo ágil).
A principios del siglo pasado, el matrimonio Berthe Sébource y Frédéric Gerad, apodado Le Père Frédé, se hacen cargo del cabaret. Le Père Frédé, personaje pintoresco, reunía en el local a artistas como Braque, Modigliani, Max Jacob, Picasso, Utrillo, Apollinaire… junto a su fauna particular, una corneja amaestrada, el mono Théodule, la cabra Blanchette, un perro, varios ratones blancos y, el más famoso de todos, el asno Lolo, nombrado el pintor Boronali por un grupo que frecuentaba el local; al burro le ataron un pincel en el rabo con el que pintó un lienzo que llevaron y se expuso en el Salón de los Independientes, con el título: «Coucher du soleil sur l’Adriatique», que tuvo un gran éxito de crítica. Le Père Frédé, excéntrico y peculiar, calzaba zuecos y lucía una larguísima barba blanca, alimentaba a sus artistas a cambio de poemas, canciones, dibujos y cuadros que se colgaban en las paredes del local.
En las humildes paredes del local se colgaron cuadros que hoy están en los mejores museos del mundo. Picasso colaboró con dos obras, entre ellas la excelente «La femme à la corneille», retrato de Margot Luc, hija de Berthe, y de la corneja amaestrada, a caballo entre la época azul y rosa.
En la actualidad está abierto al público, si tienen curiosidad está en el número 22 se la rue des Saules, al lado de los viñedos más antiguos de París.
C’est un lieu mythique, oui et intemporel. J’y ai gardé de bons souvenirs joyeux, même si pour moi le charme vrai de ce quartier réside dans ses rues et dans son air !
Montmarte a un charme spécial !!! Pour moi est adorable et ravisant et j’y ai gardé aussi de bons souvenirs dans mon coeur pour toujour!
Bisous.
Qué ilusión me ha hecho esta entrada tuya Bárbara! He recordado las veces que he ido a «Le Lapin Agile»!
Es un lugar mítico que tiene un ambiente muy en consonancia con todo el entorno y que vale la pena visitar cuando vas a Paris. Yo hace tiempo que no he estado, pero imagino que sigue allí cerquita del Sacre Coeur.
Viajamos contigo, querida Bárbara.
Un besazo!
¡Celebro tanto que te haya gustado!Tengo también unos recuerdos maravillosos de Le Lapin agile y de todo Montmartre… el barrio tiene tanto encanto.
Viajar así tan bien acompañada es un lujazo, gracias María!!!
…O mil !
CONOCÍ EL LUGAR Y ES ESTAR EN EL TIEMPO EN EL MOMENTO EN QUE SE INAUGURO, SOY ARGENTINO Y ARTISTA PLASTICO, MI TALLER LLEVARA EL MISMO NOMBRE DEL CABARET ME IDENTIFICO!!!
Celebro que así sea! Y encantada de conocerte. Gracias.
Un abrazo