Los cuatro libros llevan por títulos: «El Gran Estudio (o la Gran Ciencia)», «El Invariable Medio», «Las Conversaciones» y el «Meng Tsé». Estos libros recopilados por sus discípulos, de igual manera que los cuatro evangelios de Jesucristo, contienen la filosofía, la moral social y el legado espiritual de Confucio (nombre latinizado por los jesuitas que llegaron a China en el siglo XVI). Este legado del sabio llamado Kung-Tsé que sobrevivió 2500 años constituye la expresión de la eterna alma china. Confucio o Kung-Tsé nació en el año 551 antes de Cristo, dos siglos después de la fundación de Roma; es la época de Buda en la india, de Tales, de Pitágoras…
La mística de la armonía del mundo y de la sociedad será el fundamento de la doctrina de Confucio.
Con un gran sentido del humor Confucio dijo: «Ya sé por qué no se sigue el camino; el hombre inteligente va más allá: el imbécil se queda más acá». Igual que Nietzsche… el hombre más allá del hombre.
Edición bilingüe chino- castellano. Adaptación al castellano de Fco. Cardona de Castro sobre traducción integral del francés, de Seraphin Couvreur de la Escuela francesa de Extremo Oriente. Decoración original de Ton-Hi, con más de 660 ilustraciones. Este hermoso libro, encuadernado en piel con grabados en oro y plata, fue editado en 1980 por la Editora de los Amigos del Círculo del Bibliófilo S.A.


¿Qué podría añadir a tu presentación, Bárbara? Realmente no se puede ni comenzar a entender el mundo chino si no se conoce a Confucio. ¡Qué joya bibliográfica, me daría miedo hasta abrir el libro!
Es una joya, con unas ilustraciones…! Solo la escritura china es una preciosidad.
Un abrazo muy oriental.
Maravillosos libros Bárbara, genial por recordarlos! un abrazo
En ellos está lo mejor del hacer del hombre, lo que más nos enriquece…
Gracias, Cristina.
Un abrazo grande!
Es uno de los libros de nuestra biblioteca que, no sé por qué, más me gusta sentir entre las manos, abrirlo, ver páginas y páginas, leer fragmentos… o simplemente mirar su lomo desde el sillón de mi estudio cuando estoy dibujando. Aparte de que mi vida haya estado desde siempre en ellos, me gustan los libros como objetos bellos que acariciar y, por qué no, hasta oler…
¡Sibarita!!! Que se te pone carita de… sí ya lo sé! Sí los quieres más que… ! Bueno, los disfrutamos a la hora del aperitivo, de la comida, del té de las cinco…
¡Olerlos es una forma de sentir la inteligencia andando.. o sentada, en el sofá, sentirla, a la hora del café, y si es, lo suficientamente intensa, para creer que nos invaden los extraterrestres en aquella fábula maravillosa radiada por radio…
Te lo dije, esta Chica es más lista que un Delfín…! Ojiplático, me dejas con tus entradas…!
-Dijo él, doblándose por la mitad a modo de reverencia…-
Ya sabes lo que dijo el amigo Confucio: «Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.»
Así es y yo lo reconozco.
Un beso de esos de los de tendré que hacerme un retiro y estudiar un poco más.
La cosa está en rodearse de sabios, por ver si se me pega algo… en esas estoy; con los amigos pasa idem hay que buscar gente inteligente y bondadosa ( esto último es importante, qué digo, importantísimo; hay que huir de los inteligentes-malos…qué los hay)
No sé, no sé si eso lo dijo Confucio…en todo caso encierra una gran verdad: solo sé que no sé nada. Y así lo reconozco, moi aussi !
Eres como Kalikatres Sapientísimo!!!
Hazlo por poco tiempo, te sobra sabiduría, amic meu!!!