Tenemos un dicho que afirma que «la función hace al órgano». En la foto vemos como una gran oreja perteneciente a esa enorme cabeza posada enfrente de la imponente iglesia de Saint Eustache parece haberse formado a fuerza de oír los insuperables y maravillosos sonidos salidos del órgano de dicha iglesia, uno de los de mayor calidad de Europa. Esta escultura, que encuentro fascinante es, además refugio y cobijo; esa mano te puede resguardar de la lluvia o de un sol implacable en un día en el que una se pierde andando alrededor de Les Halles.

Tienes razón, Bárbara. Incluso me viene a la idea de que la mano sirve para que uno se sienta cobijado y pueda escuchar bien las confidencias susurradas por la cabeza. Cuyo gran tamaño puede estar motivado, desde luego por la música, pero también por la infinita cantidad de imágenes, experiencias…y los pensamientos sugeridos por unas y otras.
¡Es un cabezón que tiene mucha gracia! Su tamaño es considerable; yo me sentí pigmea entre la mano y la mejilla.
Gracias Joaquín.
Un abrazo.
estara el rsto del cuerpo en algun sitio??? 😛
besos, mi amiga 🙂
¡Por más que busqué no lo encontré!!!
Gracias, Candide.
Bisous.
Agree with you – a fascinating sculpture… 🙂
Yo la encuentro genial; y al lado de una iglesia con un órgano maravilloso donde se dan unos conciertos esplendidos; me imagino a esa gran oreja escuchando a Juan Sebastián Bach…
Gracias mil, Ledrake.
ou dormir à l’ombre d’un baiser qui pourrait être donné…
Oui, il vaut mieux que s’abriter!!!
Mille merci, belle dame!
Bises