Monet: el sueño de Giverny

Monet:" El estanque de ninfeas". 1899. Óleo sobre lienzo, N,Y. The Metropolitan Museum. 92'7 por 73'7 cm.

Monet:» El estanque de ninfeas». 1899. Óleo sobre lienzo, N,Y. The Metropolitan Museum. 92’7 por 73’7 cm.

El sueño que arropó a Monet hasta su muerte fue Giverny; su casa y el jardín, el proyecto de su vida. El botánico que era Monet creó un sueño y lo diseñó. Los años en que él y su segunda mujer Alice Hoschedé con sus numerosos hijos dieron forma a aquel hogar fueron los años de la madurez y ancianidad de un genio que abrió un camino enorme a la pintura actual. Cuando Monet se instala en Giverny es ya un pintor consagrado, su marchante mantiene la casa, los gastos de la servidumbre, incluidos los jardineros y el chófer, los gastos escolares de los niños… y puede dedicarse a pintar con tranquilidad; eso es otro sueño que le permitirá conseguir sus objetivos, donar las pautas que permitan a la pintura llegar a otro lenguaje: el expresionismo abstracto. Para rediseñar aquel espacio, tuvo que lograr la desviación de un afluente, del Epte,  crear su estanque y su jardín, su huerta, su taller. Monet tuvo que mantener las condiciones precisas para que el agua templada permitiera el crecimiento de las ninfeas, hacerlas traer de Japón, los pedidos de semillas (que se conservan) son una lista de la compra muy reveladora; Monet crea su mundo, todo lo supervisa, su huerta es tan importante como su rosaleda, sus agapantos, sus lirios o sus sauces llorones. Monet consigue su «Jardín de Epicuro» y, como él, recibe a los amigos con el mismo deleite; ministros, pintores, poetas, escritores disfrutan de las delicias gastronómicas de la cocina de Alice. Monet, epicúreo, disfrutaba de la vida y de la buena mesa. En su comedor amarillo decorado con grabados japoneses, tan de moda, se intercambian recetas como la bullabesa de Cézanne, o poemas como «La ninfea blanca» de Mallarmé, que representa las fuentes secretas de la vida y la indivisibilidad del ser. Monet conecta con la literatura de Proust -en «En busca del tiempo perdido», el personaje del pintor Elstir representa una forma de pintar coincidente con la del Monet maduro-.

Monet hace construir en la parte más estrecha del estanque un puente de madera elevado; su estilo japonés y la vegetación dieron origen al nombre de «jardín japonés», aunque no se puede identificar como tal, pues falta en él un elemento tan esencial como un  jardín de piedra. En 1899 su amigo y marchante Durand-Ruel expone la primera serie de cuadros sobre el puente japonés, precursora de los de las ninfeas.

En los primeros cuadros puros de las ninfeas desaparece la orilla; este es el inicio de la gran revolución. El 6 de mayo 1909 Durand-Ruel expone estas insólitas representaciones con las que rompe definitivamente con la escuela de Barbizon al crear paisajes sin horizontes. Pinta un trozo de la superficie del agua, lo que sus ojos ven, lo que tiene justamente delante, con lo que la pintura se transforma en un campo de proyección de sentimientos subjetivos y la naturaleza en metáfora.  La disposición de distintos planos de lo temporal, de la realidad interior y exterior, y el concepto serial son aportaciones que dotan de aire nuevo a la pintura. Los cuadros sin marcos, sin ruptura, permite la unión de unos con otros al estar concebidos como una unidad seriada; sin orientación espacial, son paisajes reflejados donde no se distingue la realidad del reflejo, lo de arriba con lo de abajo. La pincelada expresiva, abstracta, la superficie por si misma sin referentes exteriores son la gran aportación del genio en su casi ancianidad.

A través de su gran amigo, Clemenceau, primer ministro y después presidente francés, el pintor donó al Estado la serie de ninfeas que se puede contemplar en el museo de L’Orangerie, antiguo invernadero de naranjos en un anexo del Louvre. André Masson la ha calificado como «La Capilla Sixtina  del impresionismo». En un principio la donación iba a ser albergada en el Hotel Biron, hoy Museo Rodin, como también estuvo a punto de irse a Japón. Pasear por sus salas  redondas nos hace sentir como en medio de una isla rodeado de ninfeas, de sauces llorones, viendo el temblor del agua, el rizo de una hoja levemente sacudida por un ligero viento interior: el nuestro. La luz de las rotondas, como de acuario, dota a las salas de una intimidad providencial, se puede llorar quedamente ante tanta belleza sin que se note. Yo lo he hecho y me he quedado después muy bien.

Monet: "Ninfeas". 1914. Óleo sobre lienzo, 200 por 200 cm. Tokio, The National Museum of Western.

Monet: «Ninfeas». 1914. Óleo sobre lienzo, 200 por 200 cm. Tokio, The National Museum of Western.

10 pensamientos en “Monet: el sueño de Giverny

  1. Siempre me han gustado el impresionismo, especialmente los tres grandes Monet, Manet y Renoir. El cuadro que nos has puesto es precioso y me ha interesado mucho el trayecto de las «ninfeas» de Monet

    • Las ninfeas supuso una reflexión continua, incluyendo sus dolencias visuales, hasta su muerte. El proceso es muy interesante. El pintor me interesa mucho pero el personaje botánico, amante de la vida, de la naturaleza me apasiona; él es uno de los personajes de una novela que situé en Menorca. Gracias, Joaquín.

  2. Es verdad,Bárbara,en este caso la Naturaleza y el Arte se identifican.Es más ,hay quien dice que la Naturaleza supera al Arte incluso al más surrealista.¿Qué es ,si no ,un hermoso atardecer donde no hay dibujo sino unas pinceladas indefinidas de color hermosísimas?.Desde luego,Giverny es un espectáculo tan bello en su combinación de formas y colores que no me extraña el resultado que le dió a Monet

    • Estoy convencida de que la naturaleza supera con creces al arte. Un día paseábamos por el Luxemburgo, había llovido y el espectáculo era precioso, secamos como pudimos unas sillas y nos sentamos; recuerdo el cielo y las flores lavadas,,, el olor de la tierra. No hay nada que supere a la naturaleza. Y si además se le ayuda, como en Giverny, entonces es un milagro. Gracias Isabel.

  3. Wonderful post – I have a somewhat ambivalent relationship to Monet – he was a great painter with many beautiful paintings – but then some of his works have been used too much like «cheap» productions everywhere – I think it’s a shame – my favorite paintings of Monet are «Woman with a Parasol», «Impression Sunrise» and «Canal in Amsterdam»… 🙂

    • Tienes toda la razón y además muy buen gusto; parte de su obra ha sido demasiado «copiada» y reproducida hasta la saciedad. Lo bueno es que su obra es tan extensa que hay donde elegir…
      Me gustaría poder contestarte en inglés pero mis conocimientos son nulos, sé muy poquito y voy con el diccionario a todas partes. Gracias a ti estoy aprendiendo algunas palabras.
      Muchas gracias Ledrake, por tus comentarios, por pasar por aquí.

  4. La relación Arte y Naturaleza es apasionante. Si nosotros, en tanto que animales, somos Naturaleza y el Arte no es sino la plasmación de lo que nos bulle en la mente, bien podría pensarse que todo Arte es Naturaleza.

    La neurona empieza a patinarme a estas alturas de la semana…

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