La situación en Siria no mejora. La guerra civil continúa a pesar del alto el fuego y del nuevo mediador internacional. Nada ha cambiado, pues el número de victimas civiles sigue siendo a diario estremecedor. A todos los tiranos les llega su hora; pero mientras, los pueblos sometidos se desangran, siendo los más desvalidos -mujeres, ancianos y niños- los que sufren las consecuencia de sus locuras. A todos los que perdieron la esperanza o la vida les quiero dedicar este poema que escribiera Leonard Cohen en «Flores para Hitler», terribles poemas para denunciar lo más horrendo que un ser humano puede ocasionar a otro: la tortura y la muerte.
EL TUMOR CEREBRAL DE HITLER
El tumor cerebral de Hitler asoma por mis ojos
Goering derrite lingotes de oro en mis entrañas
Mi nuez abulta como la cabeza de Goebbels
Es inútil decir a un hombre que es judío
Con tu beso elabora la pantalla de una lámpara
¡Confiesa! ¡Confiesa!
es lo que me pedís
aunque creéis que me los estáis dando todo
HITLER THE BRAIN-MOLE
HITLER the brain-mole looks out of my eyes
Goering boils ingots of gold in my bowels
My Adam’s Apple bulges with the whole head of
Goebbels
No use to tell a man he’s a Jew
I’m making a lampshade out of your kiss
Confess! Confess!
is what you demand
although you believe you’re giving me everything
Del libro «Poemas escogidos» (versión de Jorge Ferrer-Vidal), Ed. Plaza y Janés. Barcelona, primera edición, enero 1972.

Duro de leer, pero real como la vida misma. Además aplaudo tus comentarios apasionados, pero rigurosos. Desde Caín y Abel, esta danza macabra no ha finalizado todavía
No me resisto a responder, Bárbara, con un fragmento de «Satrapías», último poema de Pablo Neruda, escrito dos días antes de su muerte, en pleno inicio del sangriento golpe de Estado del siniestro general Pinochet.
… … … … … … … … … … … … … … … …
hienas voraces
de nuestra historia, roedores
de las banderas conquistadas
con tanta sangre y tanto fuego,
encharcados en sus haciendas, depredadores infernales,
sátrapas mil veces vendidos
y vendedores
… … … … … … … … … … … … … … … …
Máquinas hambrientas de dólares;
manchadas en el sacrificio
de sus pueblos martirizados,
cenegales verdugos, piara de prostibularios caciques,
sin otra ley que la tortura
y el hambre azotada del pueblo.
(De «Incitación al nixonicio y alabanza de la revolución chilena», edición en ciclostil en cuyo prólogo podemos leer: «El texto utilizado para esta edición `[…] fue tomado de una que se hizo en Chile con muy pocos ejemplares de tirada, copiada a mano de uno de ellos y, posteriormente, en noviembre del año pasado, editada a multicopista en Madrid. De uno de los ejemplares a multicopia que se lanzaron ha sido sacado el texto presente […]. Madrid, enero de 1974».
Duro poema también el de Pablo Neruda, pero qué hermoso instrumento es la palabra cuando la usan las mejores plumas de la literatura universal para denunciar a los sátrapas que martirizan a sus pueblos… Quizá el propio Neruda pagó con su muerte el precio de su valentía, de su inequívoca postura ante los verdugos de Chile, Aún hoy su muerte no está clara, pero nos quedan sus poemas y su ejemplo. Gracias por ese comentario tan documentado.
En «Las flores para Hitler» hay una serie de poemas tremendos; es lo menos que se merecen, ¿no te parece?. No puedo dejar de apasionarme ante la barbarie.Gracias por tu comentario, Joaquín.
Imprescindible es, hablando de tiranía, acordarse del húngaro Gyula Illyés.
Como el poema es bastante largo, dejo el enlace al texto completo para cuando tengáis unos minutos. Merece la pena.
http://www.circulolateral.com/revista/revista/articulos/073gillyes.html
Muchas gracias, Aurë. Lo leeremos con atención. Un beso.
Lo acabo de leer y me ha impresionado muchísimo. Gracias Aurë