El Otoño se ha instalado por fin. Me gusta esta estación lluviosa, los días grises y el color de las hojas de los árboles. Al contrario que a mucha gente, los días otoñales no me producen tristeza. Me gusta el olor de la tierra mojada y el aleteo nervioso de los pájaros que buscan refugio. Y ver como al iniciarse la lluvia los pequeños gorriones se resguardan dentro de los tupidos setos que bordean muchos jardines. Los días se acortan y la luz renueva la paleta de colores. El ciclo de la vida continúa…

Coincido contigo, Bárbara. Me encantan los parques con hojas caídas de tono dorado. Ante el respeto y la compañía de la naturaleza,todo parece que empuja hacia la primavera de los sentimientos profundos y las ideas fecundas.
Gracias Joaquín por ese comentario tan bonito y poético.