La gárgola vigila las aguas del Sena por si ve venir a la quimera olímpica. Desde que comenzaron los juegos, desapareció del mapa; se supone que está en Londres y digo que se supone, porque no ha dado señales de vida. La prensa deportiva tampoco ha reseñado una medalla olímpica ganada por Francia en salto de trampolín por nadie parecido a una de las quimeras que habitan las galerías de las torres de Notre Dame. Hercule Poirot se ha puesto en contacto con Sherlock Holmes; de momento Scotlan Yard se mantiene al margen.

Bárbara: si hubieras seguido, te hubiera salido un cuento. Tu admirado Cortázar se sentiría orgulloso de tí. Dicen que también Kurt Wallander, Thomas Pitt y William Monk (mis detectives preferidos creados por Henning Mankell y Anne Perry) y Harry Bosch (cuyo nombre es Hiaeronimus Bosch, como homenaje a El Bosco) creado por Michael Connelly, también están tras los pasos de la Estirga.
Espero ir publicando pues haberlos haylos… aunque tendrían que ser muy buenos para que él pudiese estar orgulloso de mí. ¡Confío en que entre todos la encuentren!
A ver si está escondida por entre los tejados del Parlamento, sorprendida por poder contemplar desde alguno de ellos a «Los burgueses de Calais» de su compatriota Rodin. No me extrañaría, porque como no había salido nunca de París…
¡Pues no esta mal el sitio para contemplar el Támesis!
Coincido con Joaquín. De esta entrada saldría un relato fantástico.
¡Pues ya tienes la idea que ingenio y facultades no te faltan!
A propósito, ha vuelto ya la Estirga a Paris?
Igual nos enteramos hoy.