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El cangrejo albino ciego, «los jameítos».

Los cangrejos ciegos, llamados popularmente «jameítos», forman parte de la fauna de la isla de Lanzarote en el archipiélado de las Canarias. Se trata de un crustáceo de pequeño tamaño, endémico de esta isla, que solo vive en la Cueva de los Verdes de los Jameos del Agua, y está en grave peligro de extinción. Respecto a su tamaño, puede alcanzar como máximo de 2 a 3 cm. Es una especie única en el mundo y su color blanco responde a que es albino. A falta de vista, tienen un oído muy desarrollado y por ello perciben cualquier cambio en su medio natural que son aguas del mar, pero pueden verse afectados por aguas residuales que les perjudican enormemente. La erupción del volcán de la Corona aisló a esta especie, que normalmente vive en zonas abisales, a 4.000 metros profundidad, en cuevas volcánicas y, dado que allí las condiciones que se daban de escasa luz y temperatura costante les favorecían, permitieron su desarrollo. En las visitas turísticas se ha prohibido totalmente arrojar monedas al agua, cosa que les terminan envenenándo, y por culpa de lo cual se han visto reducido su número. La estúpida acción de algunos hombres daña los distintos ecosistemas; habría que pensar antes de actuar de forma tan disparatada.

Los dromedarios.

Los sufridos dromedarios de Lanzarote, conocidos comúnmente como «camellos» en Canarias, descansan entre paseo y paseo turístico; los dromedarios, como todo el mndo sabe, tienen una sola joroba y los camellos tienen dos. En Lanzarote y en Fuerteventura constituyen una gran atracción entre los que visitan las islas. La introducción en ellas de esta especie se romonta a 1405, tras la colonización española de las islas. Proceden del continente africano y llegaron acompañando a las primeras expediciones. Hay alrededor de mil cabezas principalmente en Lanzarote, sur de Las Palmas y Fuerteventura. Su principal uso históricamente ha sido como animal de carga. Su gran adaptación al clima canario ha favorecido su proliferación. Se utiliza también su carne, lana y leche de gran valor nutritivo y rica en insulina. Ganado muy ecológico y poco competitivo con otras especies domésticas, aprovechan el pasto de forma más homogénea y equilibrada por llegar a zonas a los que otros animales no pueden acceder; tienen gran resistencia a las enfermedades y pueden pasar varios días sin beber agua. En el Museo de Miguel de Unamuno de Puerto de Rosario hay numerosos documentos gráficos de su exploración en camello de la isla de Fuerteventura, a donde fue desterrado en 1924 por sus criticas a Primo de Rivera y a Alfonso XIII hasta su fuga en 1924 tras enterarse de su amnistia, refugiándose en París porque no quería volver a la Península mientras siguiese la dictadura de Primo de Rivera.

Peza, con una cola impresionante.

Impresionante la cola de este pez rojo que tuve en el estanque y que, mientras lo limpiaba, lo ponía en el lavabo o en un barreño azul. En la primera foto es donde mejor se ve la longitud de la cola. La hija de unos vecinos, Candela, la bautizó como «peza» con la lógica aplastante de los niños.

La tórtola en la morera.

Se nota que estamos en primavera, porque las tórtolas, mirlos y gorriones se hacen notar con sus cantos; es sobre todo por las mañanas, cuando forman una algarabía considerable. Las tórtolas emiten un arrullo bisilábico monótono para llamarse y cuando el macho está de cortejo el sonido es más rápido que el de la hembra. Y aunque no lo parezca, por que esta primavera es más fría de lo común, andan ya alborotados; será por aquello de que la primavera la sangre altera.

Después de la lluvia.

Loa pájaros, ausentes en este mes de marzo donde la lluvia ha sido la protagonista, de pronto ayer por la mañana se hicieron notar alegremente. Salí al jardín a la llamada de los gorriones que piaban desaforadamente, como campanas tocando a arrebato, y entonces vi a este posado sobre los cipreses del vecino, tan campante, imponiendo su presencia y quise pensar que era el anuncio de que tarde o temprano tendremos primavera.

Gaviotas y Palomas.

Roma está llena de gaviotas y de palomas; las vemos en el Foro, oteando el horizonte o bien volando o posadas sobre el murete de piedra sobre el Tíber y algunas sobre las cabezas de las estatuas del puente de Sant’Angelo, sin miramientos… acostumbradas a tanta belleza.

El Buda y el caracol.

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La leyenda dice más o menos que ciento ocho caracoles cubrieron la cabeza de Buda cuando este se sentó a meditar para que el sol no le molestara; la baba de los caracoles humedecieron así su cabeza. Por esto se le representa con la cabeza cubierta por ellos. Esta mañana tras una ligera lluvia, por aquí el agua es muy rácana, vimos que este caracol se había plantado encima de la cabeza del Buda que tenemos en el jardín y que compramos a principio del verano. ¡Que maravilla, pensamos, el caracol busca a sus hermanos y la leyenda se repite! Estaremos ojo avizor por si las moscas o por si los caracoles….

El «posado» de la gaviota.

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Esto que voy a contar es cierto: paseando por entre las ruinas del Foro romano vi a un grupo de personas paradas en un lugar haciendo fotos, nada anormal por otra parte; cuando me acerqué para ver cual era el objeto de tanto interés, me quedé con la boca abierta (bouche bée). Lo que vi fue a una gaviota parada frente a ese grupo, haciendo un «posado» para las cámaras. Ahora de frente, ahora de perfil… se iba dando la vuelta, de un lado ,de otro. Y, claro, aproveché para inmortalizarla. Al rato seguía allí cual «vedette». Nunca había visto nada igual. Lo normal era que emprendiera el vuelo al ser sorprendida por la gente, pero «ca».