Son colores más propios del principio del otoño, pero como ahora las estaciones cada vez se confunden más y se funden como en una paleta imaginaria y una ya no sabe si vestirse de veroño o si salir a la calle en bikini con una bufanda a juego por todo complemento; pues eso, en vista de la confusión galopante, que cada uno haga lo que le pida el cuerpo, sin más.



Así es, son colores preciosos propios del otoño que cada año, desde hace algunos, se está convirtiendo en veroño y ya observamos en la calle las vestimentas tan diferentes de la gente al tener temperaturas de veinte grados en esta época. Un fuerte abrazo, preciosa.
Nos vamos a volver locos…jajaja. El otro día alguién habló de cambio de armario. ¿En serio, pensé, en noviembre y porqué no en Navidad? Ya puestos … Un besazo guapísima
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Gracias!!!
Me encanta esa mezcla de humor y realidad; refleja muy bien cómo el clima y la vida a veces se vuelven impredecibles.
Tienes toda la razón, «a veces se vuelven impredecibles». Gracias por comentar. Un abrazo grande.