Siguiendo las huellas del maestro Cortázar.

Buscaba por todo el Barrio Latino y por Montparnasse la huella del escritor. Amaba sus cronopios y famas y recorría sin descanso la calle donde vivió su personaje favorito, de tal forma que, cuando enfilaba la rue Lagrange, sonaba música de jazz. Sin darse cuanta se había convertido en el perseguidor cuando se sentaba en el pequeño velador del café Le Metro. Aquel día de cielo incierto donde lo brumoso persistía borrando los contornos de las esquinas, decidió darse una vuelta por el cementerio de Montparnasse, aun sabiendo que era un suicidio enmascarado. No obstante ascendió sin dudarlo por la calle y se sintió aliviado cuando el cuervo le fue guiando hasta la tumba; y allí se posó sobre la lápida para que él pudiese reposar junto a su maestro enhebrador de historias de cronopios y de famas.

4 pensamientos en “Siguiendo las huellas del maestro Cortázar.

  1. Un gran escritor y poeta no siempre comprendido por sus lectores, al romper con las normas establecidas en la época. Toda mi admiración. Abrazo grande, preciosa.

    • Adoro a Cortázar y creo que he leído toda su obra; me apasiona su vida y comparto muchas de sus ideas. La ironía es un arma fecunda que bien utilizada puede ser demoledora y supone una inteligencia muy sutil; como innovador no siempre fue entendido aunque los cortazarianos en el mundo debemos ser unos cuantos… Un abrazo grande, grandísimo.

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