







Un nuevo día. Navegar por el Sena en el mes de octubre supone, al despertar, sentir todo el frescor de la mañana, admirarse del verdor de sus riberas y cubrirse de capas para combatir la humedad del río. En la proa, los mozos del Botticelli sacan brillo a la campana, secan las maderas que el rocío ha llenado de gotas. Viniendo de una zona que el clima vuelve cada día más desértico, contemplar una vegetación tan exuberante es algo parecido a un éxtasis visual. De cuando en cuando los colores del otoño salpican las riberas y quisiera, en esos momentos, ser como esos sauces llorones que hunden las ramas en el agua; veremos muchos durante esta travesía gozosa.
I love a boat trip, especially a slow one in which to absorb the surroundings.
Paris must be your second home! 🤗🌹🙏
Ha sido genial, disfrutando el paisaje, absorbiéndolo todo despacio… Reconozco que soy francófona. Adoro la cultura francesa y París es «casi» mi segundo hogar.¡Qué bien me comprendes, querido amigo!!!
😊🙏
Qué paisajes tan maravillosos con los colores tan bellos del otoño y que tranquilidad se respira navegando por el río. Un abrazo, amiga.