Foto, Javier García
Un hermoso atardecer en una cala de Menorca. Hay pocos lugares donde todavía existen calas vírgenes. Los menorquines protegen sus costas porque han aprendido la lección de lo que ha pasado en Ibiza y en Mallorca, no quieren que la ambición y la super explotación arruinen sus paraísos naturales y hacen muy bien. Mis amigos menorquines siempre decían que no querían el turismo y yo les aplaudo.