Yamamoto es un pintor apasionado de la fotografía en pequeño formato, que envejece a propósito para evocar tiempos pasados y hacernos reflexionar sobre la naturaleza. En realidad también se le podría definir al revés; en definitiva es un artista que se vale de los dos medios para expresarse. Yamamoto nació en la prefectura de Aichi, en Japón, en 1957; ha expuesto en todo el mundo, pero sus primeras exposiciones las hizo en S. Francisco y en N. Y. y su obra se encuentra en innumerables museos que sería demasiado prolijo de enumerar. Vive en la Prefectura de Yamanashi en plena naturaleza; su constante diálogo con ella y el estudio minucioso del microcosmos, de los bonsais – árboles en miniatura- de las aves, del vuelo de las grullas nos hablan constantemente del que se asombra ante la belleza de todo lo creado. Sus obras han sido descritas como haikus visuales. Despoja sus fotografías de lo superfluo, movido por la filosofía zen y el taoísmo, y pretende, como Lao Tsé que tengan el máximo contenido con el mínimo continente.